Estados Unidos apoyará la industria de energía solar y eólica durante los próximos cinco años. La ley de presupuesto federal para 2016 firmada por su presidente, Barack Obama, da una de cal y otra de arena al sector de las energías limpias, pero garantiza la continuidad del apoyo a ambos tipos de energía verde.
Si bien se consigue un tímido avance del plan de Obama contra el cambio climático, lo cierto es que la política ambiental sigue siendo contradictoria.
Más renovables y más petróleo
Mientras los demócratas lograron prolongar un lustro más las exenciones fiscales a la industria solar y eólica, la medida tuvo que pagar un alto precio a cambio.
Al tiempo que se avanza en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, se retrocede contribuyendo a alimentar el modelo económico basado en el petróleo mediante un aumento de su producción nacional.
Las negociaciones entre demócratas y republicanos dio por finalizado su tradicional tira y afloja en política ambienta con la concesión a los republicanos de levantar el veto a la exportación de petróleo.
Se espera que esta medida aumente la producción nacional de crudo en unos 500 mil barriles diarios. Eso sí, a cambio se prolongan las exenciones fiscales a la energía solar y eólica.
Recordemos que el plan de Obama contra el cambio climático, anunciado el pasado agosto busca potenciar las renovables en su conjunto, si bien se centra en la solar, eólica y biomasa como base para acabar siendo una alternativa al carbón.
El Acuerdo de París logrado en la cumbre del clima celebrado en la capital gala del 30 de noviembre al 13 de diciembre (COP21) de carácter global y vinculante a nivel mundial es ahora el motor que empuja para el cumplimiento del nuevo plan.
Además de intentar frenar el cambio climático, el plan reducirá el precio de la electricidad, mejorará la salud de la población y del medio ambiente, recalcan los expertos.