Europa creará una red descentralizada para conectar las renovables


Mientras España castiga al sector fotovoltaico, la Unión Europea quiere impulsar su desarrollo como parte de su política de descarbonización del sector energético de Europa. La Unión Europea quiere mitigar los efectos irreversibles del cambio climático y, para ello, debe usar menos combustibles fósiles y más energías renovables y limpias.

En definitiva, la Unión Europea se compromete a reducir en un 80-90% las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) respecto al año 1990 para el año 2050, para lo que tendrá que invertir en renovables.

Para esa fecha, por tanto, para mitad de siglo XXI, se llegaría a una casi completa descarbonización del sector energético en Europa. Siendo realistas, no todos los sectores económicos pueden funcionar sin combustibles fósiles. Al menos, de momento. Por ello, hay que centrar los esfuerzos en los que sí pueden.

En 2011, la Unión Europea presentó un plan de energía para el año 2050. En dicho plan se hacían una serie de propuestas para crear una nueva política energética basada en infraestructuras que permitan cambiar el mix energético europeo, como las redes de electricidad y la apuesta por las renovables. Este plan ha conseguido que inversores de todo el mundo miren de nuevo hacia Europa. Las renovables pueden impulsar la economía del continente.

Los precios de la fotovoltaica seguirán bajando


Por otra parte, con este plan, la Unión Europea pretende ser más autosuficiente desde el punto de vista energético, disfrutando de una producción de energía más diversificada y variable, al tiempo que (y esto es indispensable) un sistema eléctrico interconectado, flexible y descentralizado. Es esencial para el futuro renovable de Europa mejorar las redes de distribución y de transmisión. En definitiva, un nuevo sector eléctrico.

Dentro de este nuevo sistema, la energía solar desempeñará un papel clave. En 2030, este tipo de energía limpia podría cubrir hasta el 25% de la demanda de electricidad en Europa. Además, esta tecnología cada vez es más rentable y competitiva. Así, se espera que su precio continúe bajando en los próximos años. Hay informes que calculan que el precio de los sistemas fotovoltaicos caigan desde los 2,31 euros por vatio actuales en el sector residencial hasta los 1,30 en 2022.

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