Europa prepara un plan de ahorro energético


Hay que ahorrar energía. Por parte de todos. Los ciudadanos tienen que acostumbrarse a un modo de vida en el que gasten menos electricidad. Y la Unión Europea está dispuesta a incentivar a ciudadanos y empresas de energía. La Comisión Europea prepara un plan de eficiencia energética con el objetivo de ahorrar, como media, mil euros al año en cada hogar europeo. ¿Cómo? Vinculando los beneficios de las compañías energéticas a la eficiencia de sus clientes y no, como se hace en la actualidad, al volumen de consumo. En definitiva, un uso responsable de la energía en la vida diaria de las personas.

La idea de la Comisión es fijar un objetivo de ahorro energético. Este objetivo tendrán que cumplirlo tanto los consumidores, a través de mejoras en la eficiencia energética, como la propia compañía a través de la cadena de generación y transporte de la energía.

Según el proyecto, las empresas ineficientes estarán obligadas a comprar a otros productores de energía la diferencia entre el ahorro conseguido y el objetivo marcado, en lo que será un sistema parecido al que se lleva a cabo con los derechos de emisiones de CO2.

La idea implícita de este sistema es que las empresas energéticas cambien su modelo de negocio. Ya no ganarán más por vender más energía, sino que ganarán más si se preocupan por la eficiencia energética, especialmente tratando de conseguir un ahorro en el uso de la energía. Las empresas tendrán que pasar de ser un distribuidor de electricidad a un gestor de energía. Este sistema, según la Comisión Europea, puede ahorrar el equivalente energético a cien millones de toneladas de petróleo para 2020. En algunos países ya se está llevando a cabo este tipo de políticas, como en Reino Unido, Italia o Dinamarca, y se han conseguido ahorros de energía de hasta el 6%.

Otra de las propuestas de este proyecto es obligar a las compañías energéticas a usar la tecnología más eficiente energéticamente cada vez que introduzcan nueva capacidad de generación. Es decir, que si quieren crecer y distribuir más energía, tendrán que hacerlo del modo más eficiente posible.

Además, se preparan normas para las grandes empresas y para las pymes, siempre buscando el ahorro energético. En este último caso, la Comisión quiere que los Estados les ayuden a través de subvenciones en su plan de eficiencia. En todo caso, la Comisión quiere ser comprensiva con las industrias que dependen de un uso intensivo de energía porque tampoco se trata de perder puesto de trabajo o entrar en una nueva crisis económica.

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