Expertos piden alternativas sostenibles y saludables a las lámparas de queroseno

Las lámparas de queroseno fueron muy utilizadas en el pasado, pero hoy en día siguen usándose de un modo intensivo en millones de hogares de los países en desarrollo. De este modo, considerando que se trata de una fuente de luz bastante común, los expertos consideran que tenemos un doble problema de salud pública y también atmosférico, pues contaminan 20 veces más de lo que se creía, según un estudio.

Así, una nueva investigación llevada a cabo por la Universidad de Illinois y de Califonria, Berkeley, ha concluido que estas lámparas emiten 20 veces más carbono negro u hollín del que se pensaba. Lo hacen en forma de pequeñísimas partículas de hollín, comprometiendo la caldiad del aire tanto en interiores como en exteriores, así como el clima.

En efecto, el clima también se ve afectado, pues absorbe el calor y la luz solar, calentando el aire. Y, aunque sólo permanece en la atmósfera durante alrededor de dos semanas, durante este tiempo un kilo de hollín puede provocar un calentamiento similar en la atmósfera al de 700 kilogramos de dióxido de carbono durante todo un siglo, explican los científicos.

Alternativas sostenibles

En vistas de un panorama tan negro, los investigadores se afanan en proponer alternativas a estas nefastas lámparas, cuyo impacto colectivo es importante, ya que lo utilizan cientos de millones de familias que, además de aumentar el calentamiento global, ponen su salud en peligro.

La solución sería sustituirlas por alternativas eficaces que sean factibles, es decir, de bajo costo y sostenibles. Por ejemplo, apuntan a las lámparas LED cargadas por paneles solares como una solución que está ganando adeptos día a día. O, sin ir más lejos, mientras se encuentra la solución, se aconseja no prescindir del protector de vidrio alrededor de la lámpara para reducir la difusión del hollín en el entorno inmediato.