Generador eléctrico que funciona con orina


Diversos desechos se utilizan para generar energía: desechos de agricultura o de ganadería, huesos de aceituna, restos de poda, estiércol… Sólo faltaba usar los desechos que producimos los seres humanos, y no nos referimos a toda la basura que tiramos, que también, sino a los desechos naturales, es decir, la orina.

Las personas, como los animales y las plantas, ingerimos nutrientes, de los que aprovechamos ciertos compuestos para obtener la energía necesaria para vivir, pero, en el proceso, generamos residuos. En esos residuos, aún queda energía, sólo que nuestro cuerpo no es capaz de aprovecharla. Ahora, cuatro adolescentes africanos han ideado un método para hacerlo y han creado un generador eléctrico que funciona con la orina humana (y suponemos que también con la de los animales).

El ingenio ha sido diseñado por tres estudiantes de catorce años y otro de quince: Duro-Aina Adebola, Akindele Abiola y Faleke Oluwatoyin, y Bello Eniola. La genial idea se ha presentado en Lagos (Nigeria) en la feria Maker Faire África, un escaparate donde se presentan innovaciones dirigidas a mejorar las condiciones de vida en África. Precisamente la falta de acceso a la electricidad es uno de los grandes problemas de muchas zonas del continente.

Un litro de orina, seis horas de electricidad


Según la página web de la feria, este dispositivo de energía renovable y limpia (en el sentido de que no emite gases contaminantes, claro), con un litro de orina se obtienen seis horas de electricidad.

El funcionamiento es como sigue. La orina se introduce en una célula electrolítica. Ahí se extrae el hidrógeno contenido en el residuo humano, sobre todo, a partir de la urea, uno de sus componentes principales. Ese hidrógeno se purifica mediante un filtro de agua y se almacena en una bombona. Entonces, se transfiere a otra botella que contiene bórax líquido para eliminar la humedad. Por último, el hidrógeno purificado, gracias a un generador, se transforma en electricidad.

Este generador puede servir para casos de emergencia y para ayudar a que las familias pobres de países en desarrollo puedan mejorar su vida, estudiar y trabajar por la noche. Además, se podrían dejar de usar los peligrosos generadores que funcionan con carbón o leña.

Por otra parte, si se diseña para usar a gran escala, las plantas de tratamiento de aguas residuales podrían generar energía.

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