La energía solar en España


Aunque la nueva normativa que afecta a las renovables no fomenta las inversiones ni la producción, precisamente, en España la energía solar sigue siendo una opción interesante dentro del sector de las energías limpias.

A su favor, tenemos las posibilidades que brinda la tecnología en sí y la ubicación geográfica. Además del progresivo abaratamiento de la materia prima y del mínimo mantenimiento necesario, hay que tener en cuenta que España es un país con más horas de irradiación solar de toda el área mediterránea, con 2.500 horas de sol al año de promedio. Sin embargo, su vida útil no suele superar las tres décadas, y no empieza a rentabilizarse a antes de cumplirse la primera, incluso a partir de los tres lustros.

Energía solar térmica

La energía solar térmica (nos permite obtener agua caliente, frente a la fotovoltaica, que proporciona electricidad) es de obligada instalación por ley en las nuevas construcciones en las que tenga utilidad, como viviendas, polideportivos, hospitales, etc. De hecho, actualmente hay más de 600.000 hogares que disponen de ella para usos sanitarios y las previsiones son de un aumento exponencial, esperando que se triplique para el 2020.

Energía fotovoltaica

Por su parte, los paneles solares con células fotovoltaicas también tienen mucho camino que recorrer en España, pero las posibilidades de satisfacer las necesidades eléctricas del país son factibles, al menos en teoría.

Según cálculos de las empresas del sector, con cubrir con paneles la mitad de los tejados se alcanzaría esta meta y afianzaría o mejoraría las cifras económicas que mueve, pues el español es tercer mercado fotovoltaico a nivel mundial. Sin embargo, en este caso su instalación no es obligatoria en obra nueva.

Actualmente, la potencia instalada es la equivalente a tres plantas nucleares, todavía muy inferior a la alemana, que suma el 62 por ciento de la del toda Europa.


El futuro no parece que vaya a seguir la misma progresión, y no sólo por los recortes de primas o subvenciones sino por otros factores que impiden su extensión. En la práctica, la energía solar fotovoltaica es más rentable para uso industrial que a nivel doméstico, pero las nuevas tecnologías y políticas favorables podrían cambiar este panorama.

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