Penalización al autoconsumo de electricidad


El sufrido sector de las renovables ya andaba revuelto con los recortes aplicados en los últimos meses, pero las aguas se han desbordado más, si cabe, con el último paso dado hacia la reforma energética. El motivo ha sido la presentación de un decreto-ley (9/2013) de autoconsumo que, básicamente, lo convierte en una alternativa inviable económicamente al acabar siendo más caro que el suministro convencional de electricidad.

La norma borra de un plumazo la esperanza que pudiera quedar (un hilo, en realidad) de la implantación de un marco regulatorio que favorezca esta práctica. Muy al contrario, a la luz de este nuevo decreto-ley se camina en dirección opuesta a tantos otros países que la fomentan.

Tal y como plantea la propuesta que el Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur) ha remitido a la Comisión Nacional de Energía (CNE) el suministro de energía eléctrica autoconsumo no va a ser rentable al establecer una nueva tasa que grava la energía autoconsumida.

Fuera de juego

De este modo, no sólo no se modifica la situación actual en la distribución de los peajes en las tarifas eléctricas, sino que además se añade este nuevo gravamen que deja totalmente fuera de juego al autoconsumo. Con la nueva distribución, el peaje establecido podría cuadruplicar el peaje convencional, al menos si se trata de la tarifa doméstica con discriminación horaria.


La opción del autoconsumo ha cobrado importancia tras la drástica reducción de los costes de la tecnología fotovoltaica, con el resultado de convertirse en una forma de obtener electricidad más barata. Sin embargo, la normativa va hacer involucionar un sector que beneficia tanto al consumidor particular como a la competitividad empresarial y, por supuesto, al medio ambiente.

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