Aerogeneradores de grafeno, más resistentes


A veces, las palas de los aerogeneradores de rompen, pudiendo producir graves accidentes. En la actualidad, se está probando la posibilidad de construir turbinas eléctricas con otros materiales, como el grafeno, un material más duro y flexible que el acero.

En la Universidad de Tecnología de Sydney (Australia) se está desarrollando una lámina de grafeno que podría llegar a tener una resistencia diez veces mayor a la del acero. Además, es un material mucho más ligero (hasta seis veces más) y trece veces más flexible. Una última ventaja es que no se oxida. Todo son ventajas, por tanto.

El grafeno es un material fabricado con nanotubos de carbono que presenta una combinación única de propiedades: la maleabilidad (la facilidad para elaborar planchas o láminas), una gran conductividad térmica y eléctrica, una fuerte resistencia, la posibilidad de ser rígido, una gran ligereza y una materia prima relativamente fácil de conseguir, como es el grafito. Para muchos, un material sin igual en el mundo.

Además, según el director de la investigación llevada a cabo por la citada universidad, posee unas propiedades mecánicas excepcionales para su uso en aplicaciones comerciales y de ingeniería. Por si todo lo anterior fuera poco, también es reciclable y un producto sostenible en su fabricación, es decir, respetuoso con el medio ambiente y rentable económicamente.

El grafeno no sólo se puede usar para mejorar los aerogeneradores. También podría ser un material que revolucionara desde el punto de vista medioambiental sectores como el del transporte, permitiendo desarrollar coches, aviones, barcos, etcétera, más resistentes, eficientes y ecológicos. Si los vehículos pesan menos, tendrán más autonomía, uno de los problemas que presentan los vehículos eléctricos.

En cuanto a los aerogeneradores, sus palas serían más flexibles y no se romperían a causa de imprevistas y fortísimas rachas de viento, rayos u otros fenómenos meteorológicos. Las palas pueden llegar a explotar debido a un rayo, aunque dispongan de pequeños pararrayos en sus extremos.

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