Decir que la biomasa se explota menos de lo debido, algo aún más justificado en este verano de terribles incendios, es una tradicional demanda ecológica que encuentra en Andalucía el mejor ejemplo en España en uso energético de esta energía renovable.
Más de la mitad (el 57 por ciento) de la misma procede del olivar, pues en los olivos es donde se encuentra la principal fuente de transformación de biomasa en electricidad, concretamente del orujillo, el alperujo, la poda y la hoja. Así, el uso energético de la biomasa tiene en la región andaluza una gran tradición relacionada con el cultivo olivarero, si bien ha recibido un fuerte impulso en los últimos años, liderando la generación de energía con biomasa en el país.
Andalucía tiene operativas 17 plantas que generan casi un total de 207 megavatios, lo que supone el 39 por ciento de la potencia instalada a nivel nacional, es decir, una potencia suficiente para abastecer 292.000 viviendas, según datos de la Agencia Andaluza de la Energía.
Córdoba es la provincia que acoge a más de la mitad de estas 8 plantas, con 81,1 megavatios, seguida de Jaén, con cuatro (39 megavatios), dos en Huelva (68 megavatios), dos en Málaga (17,2 MW) y una en Almería (1,7 megavatios), que además de los sobrantes de los olivos, utilizan otros biocombustibles como restos de invernadero y madera.
Actualmente, a parte de las cada vez más numerosas plantas de aprovechamiento de los gases de vertedero (biogás) en Andalucía, también hay en construcción un par de plantas de biomasa, una en San Juan del Puerto (Huelva) y otra en Pinos Puente (Granada). Entre las dos aportarán 50,7 megavatios cuando estén en funcionamiento.
En toda la autonomía, por otra parte, hay en marcha 16 plantas de biogás, que generan una potencia eléctrica de 26,27 megavatios, que habría que sumar a los más de doscientos generados por las plantas de biomasa.