Según las previsiones de la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA), la producción de este tipo de energía se triplicará en Europa en 2020. La asociación acaba de dar a conocer sus escenarios futuros tanto para la eólica terrestre como para la marina. Lo hace con vistas a que la Comisión Europea lo tenga en cuenta antes de publicar el Plan de la Energía hasta 2050, algo que hará a finales de este 2011.
Las inversiones rondarán los 194.000 millones de euros durante esta década, ha afirmado Justin Wilkes, director de Política de EWEA. El éxito se deberá, sobre todo, al fuerte marco regulatorio. Pero ha pedido que este marco regulatorio favorable continúe después de 2020.
La energía eólica contribuirá enormemente al compromiso europeo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Así mismo, acelerará el cambio de modelo basado en combustibles fósiles, una fuente de energía cara. Por último, la eólica creará empleo y hará que Europa sea más competitiva, aportando una producción de energía segura y renovable.
Se prevé, pues, que la producción eólica se incremente desde los 182 TWh, que supuso el 5,5% de la demanda total europea en 2010, hasta los 581 TWh, es decir, el 15,7% en 2020. Para ese año, la energía del viento cubrirá el consumo total de los hogares de Francia, Alemania, Polonia, España y Reino Unido juntos.
Más allá, en 2030, la eólica producirá el 28% de la demanda (1.154 TWh), más de lo que consuman los 241 millones de hogares que previsiblemente existirán entonces en la Unión Europea. Hoy solo podría abastecer a 50 millones de casas.
El informe Pure Power (Pura Energía) también señala cómo la eólica crecerá de modo diferente en los 27 Estados miembros.
Destacan países como Irlanda, en el que multiplicará este tipo de energía por 4,2 respecto a la existente, llegando a producir un 52% de lo que necesita el país, mientras que Dinamarca producirá un 38% de la demanda interna con eólica, Portugal un 28%, España un 27%, Grecia un 23% y Holanda un 20%.