El proceso de reciclado de los cristales de los vehículos

Los cristales del vehículo son elementos importantes para asegurar la seguridad del conductor y de los que viajan en el coche. Por eso cuando un parabrisas se rompe, supone un peligro y hay que cambiar la luna delantera. Al reemplazar las lunas del coche se inicia el proceso de reciclaje del vidrio del automóvil para intentar aprovechar al máximo el cristal dañado.

El reciclaje de vidrio de los automóviles no es en la actualidad una opción, ya que es obligatorio por ley para todos los productores de residuos de vidrios. Eludir o hacer una mala gestión de los residuos de las lunas puede llevar a multas millonarias. Por eso todos los centros autorizados para el tratamiento de los vehículos (CAT), talleres de chapa y pintura, talleres especialistas de lunas o de recambios, entre otros, están obligados a hacer un correcto tratamiento del residuo según el Real Decreto 20/2017, de 20 de enero.

Cómo se hace este reciclado de los parabrisas

¿Dónde crees que van a parar los cristales de tu parabrisas? Los residuos de los parabrisas no se pueden echar en un contenedor como otros cristales. Estos necesitan un tratamiento especial con el que se consigue el reciclado de este tipo de cristales. Un tratamiento que solo se puede realizar en centros especializados como Carglass.

El reciclado de los parabrisas se realiza gracias al calcín, que es como se denominan los trozos de vidrio reciclados. Estos se utilizan como materia prima para fabricar nuevos objetos de cristal. Este material se puede reciclar al 100% un número infinito de veces.

Es importante saber que los parabrisas de los coches están compuestos por dos capas de vidrio unidas por una lámina de PVB que aporta una mayor resistencia al cristal. Si no existiese ese butiral de polivinilo que une las dos placas, el proceso de reciclaje no presentaría tantas complicaciones. El problema es que es el PVB un elemento clave en la seguridad del vehículos y no se puede dejar de incluir en los cristales, aunque complique un poco el proceso de reciclaje.

Aprovechar los residuos

Cuando no se puede reparar el parabrisas del coche, hay que sustituirlo rápidamente para garantizar la seguridad del vehículo. En ese momento se pone en marcha el proceso de reciclado de la luna delantera intentando reutilizar el máximo de estos enormes cristales.

El cristal estropeado tiene que enviarse a un almacén central donde se recogen los vidrios desechados en todos los centros autorizados para el tratamiento de los vehículos (CAT). Cuando el número sea considerable, se trasladan a una planta de tratamiento de residuos.

En este lugar especializado en reciclaje de vidrio tienen que separar cada uno de los componentes del parabrisas. Una vez clasificados los deben dejar al aire libre entre 2 y 6 meses para que las condiciones meteorológicas se encarguen de separar las dos capas de vidrio de la lámina intermedia. Cuando ya se han despegado, el procedimiento tiene que continuar con el filtrado del cristal para clasificar los distintos trozos según su tamaño.

El último paso de este proceso es fundir todo el vidrio del parabrisas para volver a fabricar componentes de coches nuevos u otros elementos. Además, el PVB y el resto de los metales del parabrisas, también se pueden reutilizar.

Reciclar es cuidar nuestro entorno

Un proceso complejo con el que ayudamos a mejorar el medio ambiente. Por eso, es importante preguntar en nuestro centro autorizado para el tratamiento de los vehículos (CAT), taller de chapa y pintura o especialista en lunas si realizan este proceso de reciclaje.

Lo primero porque en la actualidad es obligatorio y lo tienen que realizar siempre. Lo segundo porque los conductores se quedan más tranquilos al saber que los desechos del parabrisas de su vehículo contribuyen a reducir el consumo de energía, frenar la contaminación del aire en un 20% y evitar la problemática del descontrol de los residuos.