Con la pandemia, se ha hecho necesario llevar mascarilla y también utilizar equipos de protección individual (EPI) en el ámbito sanitario y en otras muchas actividades profesionales. Son materiales que ayudan a proteger de la COVID-19, pero que también tienen un lado menos positivo. Y es que aumenta la cantidad de residuos porque son para un solo uso, teniendo algunos un fuerte impacto ambiental por el material con el que están realizados: polipropileno no tejido. Con el fin de evitarlo, se ha conseguido poner en valor algunos de estos materiales. En concreto, el plástico de los EPI, que puede utilizarse como biocombustible.
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