Una nueva línea de investigación promete un avance sin precedentes en la eficiencia y en la eficacia de las baterías. La enésima nueva tecnología que nos hará llegar a un nuevo mundo en el que las energías limpias serán las predominantes. Sin embargo, ¿cuántos años llevamos oyendo este tipo de noticias? Y ese nuevo modo de vida nunca acaba de llegar. A veces, uno tiene la sensación de que cada vez nos encontramos más lejos de esa situación.
El último avance del que hablamos es la investigación en materiales para construir baterías que combina varios para aumentar la duración de la bateŕia mientras reduce su tiempo de carga. La investigación corre a cargo de científicos de la Northwestern University de Chicago.
Se trata de crear microclústers de silicio y huecos de 20 a 40 nanómetros en una lámina de grafeno para incrementar el proceso de oxidación. El resultado: baterías que cargan en 15 minutos, pero ofrecen una autonomía de una semana. Dicen que podría salir la primera versión comercial dentro de cinco años. Dicen, dicen… ¿Os imagináis que sólo sea necesario cargar la batería del móvil o la del portátil una vez a la semana?
Claro que no todo son ventajas. Estas increíbles baterías pierden capacidad de carga con mucha rapidez. Tras repetir la carga y la descarga ciento cincuenta veces, se pierde la mayor parte de su capacidad, aunque, con todo, serían mucho mejores que las actuales.
Según el Doctor Harold Kung, jefe del proyecto, el equipo está estudiando este problema concreto, que parece el único detalle con verdadera importancia para llegar a cerrar una versión comercial de las superbaterías. Dicen que en cinco años podrían estar en el mercado. Dicen. ¿Y qué dicen los que se enriquecen con la extracción y venta de petróleo y gas natural? ¿Permitirán que este avance llegue a todos? ¿Permitirán que la energía solar, la eólica o otras renovables se desarrollen de una vez por todas?