La organización ambiental WWF quiere darle la vuelta como un calcetín al sistema energético español. Su propuesta, o más bien exigencia al Gobierno, se concreta en unos puntos fundamentales que debería abordar la política para conseguir el cambio deseado.
La reforma energética planteada no deja títere con cabeza, y eso, tal y como están las cosas, casi es un cumplido. En concreto, se ponen sobre la mesa varios retos para conseguir que 2013 sea el año que marque un antes y un después en el modelo energético español.
Los puntos calientes que habría que abordar implicarían una profunda reforma energética que, entre otras cosas, modificase la actual legislación para el fomento de las renovables, incluyendo un impulso al autoconsumo, así como una mejora de la eficiencia energética y de la sostenibilidad, incluyendo la rehabilitación de los edificios.
Eficiencia, competencia y transparencia
En lugar de aprobarse normativas que graven la generación de energía para reducir el tan traído y llevado déficit de tarifa, tal y como ha ocurrido, la solución que WWF propone es muy otra. Concretamente, se demanda una auténtica reforma energética que elimine el déficit de tarifa ajustando los costes del sistema eléctrico para evitar la subida del recibo de la luz al mismo tiempo que se gana en eficiencia, competencia y transparencia del mercado.
Lógicamente, el modelo que propugnan traería estabilidad y certidumbre al marco en el que se mueven las renovables, algo fundamental para atraer inversiones nacionales e internacionales, y a su vez también fomentar su uso a todos los niveles.
Mejorar las políticas de innovación tecnológica en la materia y regular el autoconsumo energético sin dilación sería un paso de gigante para que la ciudadanía se lanzara al autoconsumo (consumir lo producido por ellos mismos) como una fórmula más sostenible y económica.