El biopetróleo comienza a ser rentable


Un nuevo método para producir petróleo ecológico (el término parece una contradicción, quizá no se debería denominar petróleo) está siendo desarrollado por la empresa BFS (Bio Fuel Systems). Se trata de absorber y convertir de forma acelerada el dióxido de carbono industrial en un petróleo similar al fósil y compatible con los medios actuales de transporte y producción eléctrica. Por tanto, no habría que hacer ningún cambio en los motores e industrias que ya existen para que se puedan alimentar con este tipo de combustible.

Además, como el biopetróleo usa el dióxido de carbono, evita la saturación del ciclo natural debido a las emisiones industriales y reduce, de esta forma, el efecto invernadero. Así, la empresa Bio Fuel Systems reproduce la síntesis controlada de formación de un petróleo artificial, estimulando y acelerando cada etapa de este proceso y cumpliendo así el doble objetivo: filtrar el CO2 y crear un combustible. A partir de la captura de dióxido de carbono, un revolucionario sistema acelera el proceso de creación de la biomasa de 4,5 millones de años (lo que tarda en producirse el petróleo de forma natural) a unos pocos días.

Bio Fuel Sistems ha puesto en marcha en Alicante (España) su primera planta de producción de biopetróleo. La energía utilizada para hacer funcionar el sistema es el sol y la materia prima es el dióxido de carbono contaminante que captura de la atmósfera y que el método hace desaparecer definitivamente.

El nuevo biopetróleo tiene las mismas características y usos que el tradicional. Así, ya se han destilado combustibles como gasolina para automóviles, queroseno para aviones, derivados para plásticos y todos y cada uno de los subproductos que hasta ahora estaban monopolizados por la obtención de petróleo procedente de yacimientos marinos o terrestres. Este avance científico y tecnológico supone que se pueden establecen nuevos equilibrios en los que el poder ya no radica en la posesión de reservas petrolíferas, ya que la fuente de energía primaria está al alcance de cualquier país.

BFS, por fin, ha descubierto cómo generar el primer proceso industrial que hace rentable la producción de biopetróleo, de forma eficiente y comercializable. En todo caso, la empresa sigue trabajando en sus laboratorios y plantas de ensayo en nuevos modelos que optimizarán aún más el resultado por metro cuadrado de explotación, llevándolos a límites que, lejos de ser insospechados, han supuesto la apertura de nuevas vías de implementación. De momento, los pequeños estudios de aproximación sobre la tecnología ya instalada en Alicante, demuestran que una planta de biopetróleo de nula contaminación, sobre una extensión determinada en un lugar tipo como el desierto de Tabernas (sur de España), principal centro europeo de ensayo de energías limpias obtenidas del sol, sería suficiente para generar la misma cantidad diaria de barriles de biopetróleo que la demanda de todo el país en petróleo fósil cada día, además de generar unos 50.000 puestos de trabajo directos de personal altamente cualificado. Un país sin petróleo fósil. Suena tan bien que parece un sueño difícil de creer.

Además de desterrar de una vez por todas el petróleo, este sistema al usar como materia prima fundamental el dióxido de carbono excedente de la atmósfera se convierte en un proceso muy beneficioso para el medio ambiente, ya que absorbe de la atmósfera una de las sustancias generada por el ser humano que provoca el calentamiento global del planeta.

La primera planta con este sistema ya funciona a pleno rendimiento y será presentada en sociedad en breve por el presidente de la compañía, Bernard A. J. Stroiazzo-Mougin. También se dará a conocer la primera gran instalación que se acometerá desde primeros de año, que se ubicará en Portugal, y se adelantarán algunos de los pedidos ya aceptados y que entran en proceso de producción para distintos países.

BFS es una sociedad que cuenta con capital español, francés e italiano cien por cien privado. Sus investigaciones se han desarrollado a lo largo de los últimos años bajo el más absoluto secreto y todos sus procesos y descubrimientos se encuentran registrados y patentados. El asunto es demasiado importante y puede tener consecuencias políticas y económicas imprevisibles que hacían preferible llevarlo en secreto hasta este momento.

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