Una nueva planta de biomasa ha entrado en funcionamiento en Barcelona. Esta instalación, ubicada en la Zona Franca, permitirá convertir restos forestales y de poda de los parques y jardines de la Ciudad Condal en energía renovable limpia. Con ello, se controlarán los costes energéticos y se reducirá la contaminación ambiental.
De este modo, miles de toneladas de biomasa que se generan cada año con las podas de parques y jardines de Barcelona, así como los restos forestales, dejarán de ser un problema para convertirse en fuente de energía renovable, generando electricidad.
El proceso se ha denominado valorización de la biomasa y permite, por una parte, controlar los costes energéticos y, por otra, reducir la contaminación ambiental. Se transforma los residuos forestales y de jardinería
disponibles en el ámbito local para generar electricidad, reduciendo además los gases de efecto invernadero, gracias a una balance neutro de dióxido de carbono. Así mismo, al no depender de las oscilaciones del precio de los combustibles fósiles, este método permite controlar mejor los costes energéticos.
La planta de biomasa prevé aprovechar entre diez mil y catorce mil toneladas anuales de restos de poda de los parques y jardines para producir electricidad. Además, está previsto que en un futuro, cuando se realice la conexión de la central en la red de frío y calor, la instalación también producirá agua caliente.
Cuando la nueva central esté a pleno rendimiento ahorrará el 1% del consumo de energía de toda la ciudad de Barcelona y permitirá mejorar la gestión de los bosques y la de los restos de poda. Es, en definitiva, una oportunidad de futuro ante la actual crisis energética, que lleva gestándose durante años de trabajo.
La central de generación de energía de la Zona Franca, pionera en eficiencia energética, funcionará a pleno rendimiento en el año 2019, cuando estén en marcha también la planta de reaprovechamiento del frío residual del agua del puerto y una central de energía solar fotovoltaica.