John Goodenough, el investigador nonagenario que sigue con las botas puestas a sus 94 años, no solo es el responsable de la revolución de las baterías recargables de iones de litio, sino que acaba de hacer un invento que podría superarlas.
Desde que Sony la comercializara hace más de dos décadas, las baterías de ion de litio se convirtieron en imprescindibles para su uso en distintos dispositivos móviles. La era digital, en definitiva, encontró en esta tecnología a un gran aliado y actualmente cuesta imaginarse la vida sin ellas. Salvo, eso sí, que se sustituyeran por otras mejores.
Una batería revolucionaria
Actualmente trabajando en la Universidad de Texas, Goodenough ha dado un paso de gigante gracias a la ayuda de la científica portuguesa Maria Helena Braga, junto con la que está desarrollando un prototipo de batería recargable más durable, segura y rápida de cargar que la de litio.
Aunque todavía no se ha finalizado el prototipo, ya han trascendido estos detalles, además de contar con una densidad energética que triplica la de las actuales baterías de ion de litio. Una característica que la haría idónea para usar también en estaciones de recarga.
La diferencia clave entre las baterías de litio convencionales utilizan electrolitos líquidos, pudiendo ocasionar cortocircuitos acompañados de deflagraciones.
La propuesta de Braga es usar el sodio como materia prima, un material muy abundante, que puede extraerse del agua del mar. Si todo sale según lo esperado, sus creadores confían en poder aplicarla para usos que van más allá de los gadgets electrónicos.
Un posible uso sería el coche eléctrico, con lo que ello supondría como alternativa a los combustibles fósiles. Todo un avance de cara a una mayor eficiencia energética y a una menor contaminación del planeta. Goodenough espera poder ver con sus propios ojos resultados tan prometedores.
Las energias limpias lo mejor para conservar nuestro planeta y evitar los combustibles fósiles que afectan nuestro hogar que es el planeta tierra.