El petróleo genera disputas políticas y militares: YPF, Sudán…


Se habla de la expropiación de la empresa YPF por parte del Gobierno argentino. El Gobierno español anuncia represalias contundentes. Una disputa entre empresas y gobiernos que nada tiene que ver con los ciudadanos. Una disputa, además, absurda e hipócrita: hace años, el Gobierno argentino vendió YPF cuando era una empresa del Estado. Ahora la recupera. ¿Ganan lo ciudadanos? Ni con la venta de hace años, ni con la nacionalización de ahora. Los que ganan son los políticos, inversores y empresarios.

Pero en este conflicto se pasa por alto un aspecto que sí es importante para todos los ciudadanos y para el futuro del planeta. ¿Es que vamos a seguir apostando por los combustibles fósiles? ¿Qué pasa con el desarrollo de las renovables, de las energías limpias? ¿Es que no se va a apoyar el autoabastecimiento energético?

En otro continente, África, el petróleo también es el centro de un terrible conflicto armado. Hace unos meses, en julio de 2011, Sudán del Sur se separó de Sudán y creó su propia república. Las razones esgrimidas son las que se oyen en cualquier parte del mundo cuando se produce una separación como ésta, una guerra civil que masacra a la población: nacionalismo, autodeterminación, derecho del pueblo a elegir libremente. Todo mentira. Sólo hay una razón: el petróleo.

La guerra continúa, disputándose a ambos lados de la nueva frontera, precisamente donde se encuentran los yacimientos petrolíferos. El Gobierno de Sudán del Sur acusa a Sudán de bombardear pozos de su territorio, en la región de Heglig, disputada por ambos países porque es donde hay petróleo.

Según el Gobierno de Sudán del Sur, han bombardeado la planta de procesamiento central y los tanques. Sudán ha manifestado su intención de recuperar la región, cuyo yacimiento petrolero tiene una importancia fundamental para la economía del país, ya que produce la mitad de los 115.000 barriles de petróleo al día que genera.

Conflictos como el de Argentina y España, o el de Sudán y Sudán del Sur, harán que los precios del petróleo sigan aumentando. ¿No es hora de apostar por las renovables?

La única diferencia entre los dos conflictos es que sudamericanos y europeos no lo disputarán a tiros, sino de una forma algo más civilizada. Pero la base del conflicto es la misma: el petróleo y el dinero que genera. Y los que salen perjudicados, también son los mismos: el pueblo. Por tanto, a más desarrollo de las renovables, menos posibilidad de conflictos. Al menos, por esta causa.

Mientras, en Darfur, en el oeste de Sudán, mueren miles de personas de hambre.

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