El parque eólico Lake Turkana Power estará situado en el norte de Kenia. Se convertirá en el mayor parque eólico del continente africano. Su construcción correrá a cargo de empresas de la zona y de empresas europeas. Uno de los colaboradores será el Gobierno español, que instalará, junto con la compañía keniata Ketraco, una línea de transmisión para distribuir la energía generada.
El proyecto Lake Turkana Wind Power (LTWP) finalizará en el año 2014. Su objetivo es proporcionar 310 megavatios (MW) de energía a la red nacional de Kenia, lo que supondrá el 20% de la capacidad eléctrica actual. El coste del parque es de 625 millones de euros. Es la mayor inversión privada en Kenia. El Lake Turkana Power ocupará un área de 16.1874 hectáreas y contará con 365 turbinas.
Según datos de la Red de Sistemas de Asistencia Temprana contra la Hambruna (Fewsnet), hace menos de un año, en Turkana, un 37% de la población sufría de desnutrición grave. Según el director ejecutivo del LTWP, este proyecto contribuirá a desarrollar la región, así como a la creación de infraestructuras en el área.
Por otra parte, hace unos meses, la empresa británica-irlandesa Tullow Oil descubrió el primer yacimiento de petróleo en Kenia. El pozo está situado en la zona de Turkana y según el jefe de Estado Mwai Kibaki, son muy buenas noticias para el país. En este caso, en cambio, no son buenas noticias para el medio ambiente.
El caso de Kenia ilustra perfectamente lo que ocurre en el resto del mundo. Se invierte en energías renovables y limpias, es cierto, pero, si se descubre un yacimiento de petróleo, también se quiere sacar partido de este recurso, aunque se contamine, aunque se contribuya al cambio climático. Se siguen eligiendo los proyectos desde la perspectiva económica. El medio ambiente no cuenta. Sólo sirve de excusa para que las grandes empresas continúen ganando mucho dinero.