Ikea, un ejemplo de gestión medioambiental responsable


Muchas empresas (por no decir todas) alardean de una política medioambiental responsable y una adaptación a un modelo de economía sostenible, pero pocas son las que realmente consiguen que dicha política sea algo más que una mera acción promocional. Una de las que sí lo consigue es Ikea, la famosa tienda sueca de muebles. Ikea es una de las empresas que, de verdad, trata de hacer una Revolución Limpia en su negocio.

Ikea tiene un objetivo muy ambicioso: proveer todas sus tiendas con un 100% de energías renovables y limpias. De momento, tiene instalados cuarenta sistemas de energía solar fotovoltaica en sus tiendas en Europa y Norteamérica. Además, ha prometido que sólo venderá iluminación eficiente. Es una política que sienta las bases de una apuesta real por la sostenibilidad.

Mikael Ohlsson, consejero delegado del Grupo Ikea, se expresa en esos términos: «Lo que es bueno para nuestros clientes también es bueno para nosotros en el largo plazo. No cotizamos en Bolsa, por lo que no se puede especular en el largo plazo usando el tema medioambiental».

Porque, para llevar a cabo acciones que sean eficientes en cuanto a sostenibilidad se debe pensar en el largo plazo, y analizar sus costes, inversiones y productos con una visión de futuro. Lo que se planta hoy (en este caso en concreto, las placas solares para obtener energía que no contamina), traerá recompensas en un futuro. No es una inversión que dé sus frutos en la siguiente cuenta de resultados de la empresa. O sí…

Porque Ikea sigue ganando dinero. El año fiscal 2010, las ganancias de Grupo Ikea aumentaron un 6,1%, hasta los 3.000 millones de dólares.

El plan de sostenibilidad no acaba aquí. Quieren seguir instalando sistemas de energía solar fotovoltaica, comenzar a instalar también turbinas de viento y hacer que todos los productos sean renovables, reciclados o reciclables para el año 2015. Las ganancias del Grupo seguirán aumentando mientras respetan el medio ambiente.

Además, lleva a cabo otras acciones quizá menos conocidas. Una de ellas es usar embalajes planos. Desde un punto de vista ambiental, los paquetes planos permiten enviar más elementos por cada viaje, por lo que se reduce la reducción en los costes y en las emisiones por el transporte. Por ejemplo, el diseño del sofá Ektorp (en la imagen), de paquete plano, ahorra 11,6 millones de dólares al año y reduce las emisiones de carbono en un 75%.

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