Ahorrar energía diseñando un nuevo ser humano

Mathew Liao
¿La ingeniería humana podría ser una solución para detener el cambio climático? La ciencia ficción sería un terreno abonado para ello, qué duda cabe, pero también podría constituir una fórmula para la vida real si le preguntamos a Matthew Liao, uno de los creadores del concepto de «ingenieria humana».

¿Su propuesta? Diseñar humanos con visión nocturna, una solución que para este catedrático en Bioética y filósofo de la Universidad de Nueva York es factible recurriendo a los fármacos y a la ingeniería genética.

Objetivo: consumir menos

La idea es sencilla de enunciar: la ingeniería humana lograría dar nuevas capacidades físicas al ser humano, con lo que ahorraríamos energía, contaminaríamos menos y, de este modo, combatiríamos el cambio climático.

De este modo, se plantea un complemento a las energías renovables para conseguir un consumo más eficiente. Idealmente, por lo tanto, se trataría de tender a una producción de energías verdes cuyo consumo además sería mucho menor gracias a este ser humano menos necesitado de ellas. O, lo que es lo mismo, más adaptado a un mundo en el que consumir energía es antónimo de sostenibilidad.

¿Pero, cómo lograrlo? Una propuesta tan revolucionaria debe tener un respaldo, si no real, al menos sí teórico, y en este caso Liao afirma que está todo previsto. El cambio supondría modificar al ser humano en su talla, puesto que ser más bajo supone tener menos necesidad de alimento.

También plantea diseñar un parche que nos haga intolerantes a la carne roja, ya que la ganadería es una importante fuente de emisiones o, por ejemplo, usar fármacos para aumentar las capacidades cognitivas o, entre otras propuestas, usar oxitocina para potenciar la empatía y así conseguir que los humanos trabajen juntos.

Algunas de sus medidas están desarrollándose en laboratorio, como ocurre con los parches, mientras otros son una posibilidad real porque, según el experto, se cuenta con la base genética para llevarlo a cabo o, sencillamente, sería cuestión de proponérselo.

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