Bioluminiscencia, la iluminación que viene

Bioluminiscencia
La bioluminiscencia es un curioso fenómeno natural que siempre ha ejercido un gran poder de atracción sobre el ser humano. ¿Cómo iba a ser de otra manera? Esos seres vivos con capacidad para generar luz resultan absolutamente mágicos. Hoy en día, se ha pasado de la admiración a la emulación a través de grandes avances en biomimética, y sus sorprendentes aplicaciones en iluminación consiguen una energía verde muy eficiente que puede ayudar a cuidar el planeta.

Conocer el secreto de la bioluminiscencia para desarrollar aplicaciones humanas, una obsesión científica desde la noche de los tiempos, está empezando a dar sus frutos con propuestas realmente fascinantes.

¿La iluminación más verde?

Si bien todavía estamos en plena ola de sustitución de lámparas de led como reemplazo de incandescentes y otras lámparas tradicionales como los tubos fluorescentes, -a los que está ganando también en rendimiento-, la bioluminiscencia va por otro camino.

Sus aplicaciones se orientan más como alternativa a la iluminación de las calles y otros espacios públicos. En proyectos como el Gloowing Plant, Glowing Nature o el de la startup francesa Glowee no se busca una iluminación potente sino efectiva para reducir la contaminación lumínica, la demanda de electricidad y, con ello, el gasto y las emisiones.

Mientras la primera proponen sustituir las farolas por árboles luminosos mediante una programación biológica que consiste en la modificación de su ADN, Glowing Nature propone una pintura bioluminiscente que se recarga con la energía del sol para luego iluminar durante la noche.

Por su parte, Glowee ha optado por sustituir la electricidad por la bioluminiscencia producida por unas bacterias que utilizan enzimas para descomponer un compuesto llamado luciferina, liberando un sutil brillo entre azul verdoso idóneo para adherirse a las superficies. Por lo tanto, podrían iluminar estatuas, árboles, escaparates, fachadas, crearse letreros luminosos…

Aunque su potencial es tremendo, y teóricamente puede derivar en numerosas aplicaciones prácticas hoy inimaginables. Y, sea de un modo u otro, sería un modo de producir luz y no de aprovechar la ya existente, como ocurre con otras técnicas naturales, entre otras la fosforescencia o la refracción de la luz.

Las ventajas serían enormes. A diferencia de éstas y del concepto de luz artificial utilizada por el hombre, la bioluminiscencia gana por goleada en eficiencia, pues no genera calor, lo que significa que no habrá calor residual, es renovable y no poluciona. Una luz baja en carbono y económica, que se genera sin necesitar energía.

2 comentarios

  1. Es indudable que el mundo necesita el consumo de energía que evite aumentar la temperatura global, por tanto se busca disminuir la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera.
    El proyecto de generar bioenergia para el alumbrado público me parece genial y debe apoyarse hasta su conclusión, ésto y la re forestación en todos los países del orbe ayudaría a disminuir el calentamiento global.
    SIGAMOS COMATIENDO EL CALENTAMIENTO DE LA TIERRA.

  2. Hola Juan,
    Cualquier proyecto es un paso adelante, y no solo por el ahorro de CO2 sino también por su potencial a la hora de concienciarnos. Más que seguir, diría yo que habría que empezar en serio. Un saludo y gracias por comentar ; )

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