Cerámica para desarrollar las renovables


El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC) está elaborando un estudio para desarrollar aplicaciones de la cerámica en las energías renovables. Estas investigaciones podría beneficiar, no sólo a las energía limpias, sino también a hornos que, en la actualidad, se encuentran sin funcionar.

La investigación cuenta con la colaboración de la Fundación Biodiversidad (del Ministerio de Medio Ambiente de España) y está llevándose a cabo en el ITC por el Observatorio Tecnológico Centro de Soporte a la Innovación. Su responsable es Vicente Lázaro Magdalena. Ha explicado que los objetivos del proyecto son localizar patentes no explotadas e investigaciones sobre las aplicaciones de la cerámica en las renovables y plasmarlas en un estudio y, en segundo lugar, desarrollar un prototipo en el que el material cerámico sea protagonista. En otras palabras, de la teoría a la práctica.

El valor del proyecto radica en que nadie ha hecho nada desde este enfoque. Hay tres o cuatro opciones, aunque es demasiado pronto para decir algo sobre ellas, explica Vicente Lázaro Magdalena. Se puede pensar, por ejemplo, en aerogeneradores, ya que los materiales cerámicos tienen una gran resistencia. También se va a estudiar la energía mareomotriz, ya que la cerámica no sufre la corrosión del agua salada. En cuanto a la energía solar térmica, la cerámica puede aportar propiedades como la inercia térmica.

De momento, el departamento de Inteligencia Competitiva estudia los posibles desarrollos de proyectos, a través de bases de datos, para conocer, recopilar y disponer de cualquier indicio útil para la investigación. Desde julio, expertos en renovables y cerámica discutirán sobre las vías más interesantes y se elaborará el informe final previo a la realización del prototipo.

Se puede destacar una posible simbiosis entre energía solar térmica y cerámica. El material cerámico es capaz de capturar y retener una cantidad de calor muy alta (inercia térmica). Se trataría de crear los mecanismos para transmitirla al interior del edificio cuando sea demandada, bien para calentar un ambiente o para agua de uso sanitario. En este campo, ya se ha hecho algo, aunque aún no se ha comercializado.

Por otra parte, entre el 30 y el 40% de los hornos que fabrican cerámica están parados. En algunos casos son instalaciones modernas en las que se invirtió mucho dinero desde el año 2000. No están amortizados. Si las investigaciones llegan a buen puerto, se reactivaría el sector, creando empleo.

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