Principales tipos de energías renovables


Las renovables provienen de fuentes de energía naturales e inagotables, y la biomasa, la hidroeléctrica, eólica, solar, maremotriz y geotérmica son los principales tipos. Así, aunque cada una de ellas tiene sus particularidades, todas ellas son permanentes, a diferencia de las no renovables o temporales.

Teniendo en cuenta que todas las energías producen un mayor o menor impacto ambiental, su uso con fines ecológicos busca minimizarlo para acercarse al ideal de una contaminación nula unida a una eficiencia máxima. Se trata de una constante que marca la investigación científica más puntera, siempre en busca de un perfeccionamiento tecnológico que permita acabar con sus respectivos talones de Aquiles, como son el impacto visual o paisajístico, contaminación acústica, emisiones, atentados contra la biodiversidad, entre otros.

Como es sabido, las fuentes de energía no renovables aluden a recursos finitos, que se acabarán en un momento u otro, ya sea pasado mañana o en un largo periodo de tiempo indefinido o no. Por lo tanto, no se pueden reponer, o quizás se requieran millones de años para volver a disponer de ellas, tal y como ocurre con los combustibles fósiles.

Energías verdes

Entre las energías renovables que no contaminan o que lo hacen de forma mínima (su uso u obtención no emiten subproductos perjudiciales para el medio ambiente), es decir, verdes, encontramos la energía solar, una fuente de vida fundamental, por otra parte.

La energía solar es una energía renovable limpia obtenida mediante la captación de la luz y el calor del astro rey. Se captura mediante instalaciones que convierten la radiación solar en electricidad mediante paneles fotovoltaicos, hasta la fecha difícilmente reciclables, por cierto.

Aprovechada desde la antigüedad, la energía eólica o cinética es otra fuente de energía verde, si bien actualmente se ha dejado muy atrás aquello de empujar las velas del barco o las aspas de un molino. La nueva era de la eólica la ha marcado la tecnología que permite obtener electricidad a través de generadores o turbinas ubicadas en tierra o en entornos marinos.


El uso de la biomasa como combustible constituye otra fuente de energía renovable, si bien la sostenibilidad dependerá de la gestión de los ecosistemas explotados y de un uso preferiblemente energético.

La energía hidroeléctrica se obtiene aprovechando la fuerza hídrica, es decir, el potencial del agua en movimiento, ya sea en corrientes, en saltos o en mareas. Se trata de una energía verde en términos generales, pero el uso de represas por las centrales hidroeléctricas no permite catalogarla de energía limpia por su alto impacto ambiental.

El biogás se refiere a la energía térmica o eléctrica conseguida mediante procesos de gasificación de biomasa o en sistemas que aprovechan el biogás producido por residuos biodegradables, mientras la geotérmica no sería posible sin el calor interior de la Tierra.

Por último, la energía maremotriz genera electricidad a partir de la dinámica de las mareas, siendo limpia y con muchas posibilidades de cara a un futuro en el que resulta más rentable.

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