La compañía eléctrica estatal china (State Grid Corporation) y la firma BYD, una de las más avanzadas en el desarrollo de automóviles eléctricos, han anunciado el fin de las obras de la mayor estación de almacenamiento de energía para baterías del mundo, que estará situada en la ciudad de Zhangbei.
La estación combina generadores de energía solar y eólica y tendrá una producción de 140 megavatios y una capacidad de almacenamiento de 36 megavatios por hora. De este modo, se evita la pérdida de gran parte de la energía generada por este tipo de renovables. Los responsables del proyecto han querido destacar que una capacidad de almacenamiento tan alta puede ser incluso más importante que contar con un mayor tamaño en las instalaciones de renovables.
Para este gran sistema de almacenamiento de energía se ha utilizado tecnología de baterías de hierro-fosfato de BYD, capaz de usarse durante veinte años. Se ha calculado que, con este tipo de baterías, se puede mejorar entre un 5 y un 10% la eficiencia de la energía renovable generada.
China está realizando una gran inversión en renovables desde hace algún tiempo. Ya en 2009, superó a Estados Unidos como mayor inversor mundial en energías limpias (35.000 millones de dólares ese año). Aunque tampoco hay que olvidar que sigue dependiendo en gran medida de otras energías muy contaminantes como el carbón y que es, por ello, uno de los países que más contribuyen al cambio climático.
En el XII Plan Quinquenal, aprobado en marzo de 2011, el Gobierno de China se fijó el objetivo de mejorar un 16% la eficiencia energética e incrementar el porcentaje de uso de energías renovables hasta que equivalga al 11% del total. La apuesta por las energías limpias tiene su propio proceso. Pero, ya lo hemos dicho más de una vez: China lo está haciendo con decisión y, en unos años, se verán los resultados.