Que una institución como el Ejército de Estados Unidos apueste decididamente por las energías renovables es una clara señal de que son el futuro. El ejército más poderoso del mundo no hace las cosas a la ligera y, si ha tomado esta decisión, tendrá muy buenas razones.
Para desarrollar la infraestructura de energía renovable que necesita el Ejército de Esatados Unidos ha anunciado que tiene previsto invertir más de 7.000 millones de dólares en el sector privado en proyectos de energía alternativa en los próximos diez años. Con ello, el Ejército de Estados Unidos quiere obtener unos dos millones de megavatios hora de energía al año.
El asunto es tan serio que han creado una institución que se ocupe del tema. La recién creada Energy Initiatives Office Task Force (EIO), Oficina de Iniciativas de Energía de las Fuerzas Armadas, se ocupará de hacer frente a los retos del Ejército en materia de energía, ocupándose, entre otras tareas, de llevar a buen puerto las inversiones antes mencionadas.
Con el acuerdo de compra de energía, las empresas privadas desarrollarán tecnologías que pasarán a ser propiedad del Ejército de Estados Unidos, mientras que éste comprará la energía. Esto puede significar que el ejército puede utilizar espacio de tierra federal como una forma de invertir en tecnologías renovables, a pesar de que su Gobierno, actualmente, no invierta en este sector. Quizá Estados Unidos logre el objetivo de producir un 25% de la energía necesaria con renovables para el país en 2025… gracias a sus Fuerzas Armadas en vez de a los esfuerzos de su Gobierno.
La importancia de este sistema es doble: se reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero y se afrontarán los problemas de seguridad inherentes en el uso de fuentes de energía susceptible de subidas de precios, escasez o interrupciones de red. En una palabra, la seguridad energética.