Investigación en nanotecnología solar


Si bien se están acabando las subvenciones a la energía solar en muchos países, la innovación tecnológica puede hacer que este tipo de energía limpia y renovable sea mucho más eficiente y, por tanto, mucho más barata. La energía solar podría ser la mejor opción desde el punto de vista económico. (Desde el punto de vista medioambiental, ya lo es.)

Investigadores del Grupo de Dispositivos Fotovoltaicos y Optoelectrónicos (DFO) de la Universitat Jaume I de Castelló han conseguido tres nuevos proyectos de investigación en la convocatoria del 7º Programa Marco de la Unión Europea, subvencionados con más de un millón de euros. Ya son siete los proyectos europeos que desarrolla actualmente el grupo de investigación DFO.

Dirigido por el catedrático de Física Aplicada Juan Bisquert, el grupo informa que los tres proyectos están dedicados a diferentes temáticas de aplicación de nanomateriales y nanotecnologías para formar dispositivos que conviertan la radiación solar en energía útil, ya sea en forma de electricidad a través de energía fotovoltaica o en forma de combustible, como el hidrógeno, con energía química.

Con los nuevos fondos se consolidará el equipo investigador y, además, se crearán nuevos contratos para investigadores y estudiantes de doctorado. Las energías renovables crean empleo.

El proyecto Alloxidepv (Novel Composite Oxides by Combinatorial Material Synthesis foro Next Generation All-Oxide-Photovoltaics) está coordinado por Iván Mora Seró y por Arie Zaban, director del Institute for Nanotechnology and Advanced Materials de la Universidad de Bar-Ilan, en Tel-Aviv. El proyecto tiene como finalidad la exploración de los materiales óxidos para la conversión fotovoltaica.

Estos materiales son económicos y presentan una alta estabilidad. Sin embargo, también tienen una serie de problemas, como la baja conductividad o la absorción de luz en un rango estrecho del visible. Por ello, de momento no se usan para la elaboración de dispositivos fotovoltaicos. El objetivo del proyecto pretende crear un nueva familia de células solares basadas en óxidos que sean, a un tiempo, económicos y duraderos. Para conseguirlo, hay que desarrollar nuevos óxidos a partir de las combinaciones de óxidos simples.

El proyecto Phocs (Photogenerated Hydrogen by Organic Catalytic Systems), coordinado por Guglielmo Lanzani, director del Center for Nano Science and Technology Milano, por su parte, tiene como objetivo el desarrollo de nuevos materiales orgánicos semiconductores para llevar a cabo la fotodescomposición del agua y generando hidrógeno de forma eficiente.

Por último, Destiny (Dye Sensitized solar cells with enhanced stability) estará coordinado por Alison Walker, de la Universidad de Bath (Inglaterra). En este caso, participan once instituciones líderes en Europa. Tiene dos objetivos principales. Por un lado, la investigación en la mejora de las células solares de colorante, una tecnología de bajo coste alternativa al silicio. Por otro lado, la formación de investigadores y tecnólogos de primer nivel que lideren la transferencia de esta tecnología desde laboratorios y líneas piloto hacia una producción industrial a gran escala.

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