Las aguas residuales pueden ayudar también a disponer de energía para evitar un mayor consumo de combustibles fósiles. Y no es que sean una fuente energética por sí misma, sino que más bien son las microalgas que están en ellas las que han demostrado que son útiles para la producción de biogás.
La producción
Este paso se ha dado en la planta de depuración de aguas residuales que hay en la localidad gaditana de Cádiz en la que se ha logrado generar biogás a partir de estas microalgas para la propulsión de 20 coches por cada hectárea de cultivo.
Esta instalación es la mayor del mundo para el cultivo de microalgas con agua residual con el fin de obtener biogás para ser utilizado en la propulsión de vehículos, habiendo conseguido durante todo el proyecto una producción suficiente de biogás para el funcionamiento de 40 coches gracias a las dos hectáreas de cultivo.
Esta no es la única ventaja de este sistema, ya que también se ha logrado consumir tres veces menos de energía eléctrica en comparación con una depuradora convencional, aparte de generar de forma simultánea hasta cuatro veces más de energía que la que se emplea en el proceso.
Un resultado con el que se pone de manifiesto que este tipo de iniciativas no deben verse como un gasto de recursos, sino como una actividad con balance energético positivo y como una fuente de recursos verdes de alto valor añadido como bioplásticos, cosméticos o biofertilizantes, entre otros.
Los agentes
Este proceso se enmarca en el proyecto All-gas, que comenzó su actividad en el año 2010 y que ya permitió que en 2017 se inaugurase la fase de demostración de una producción sostenible a gran escala de biocombustible que estaba basada en el cultivo de microalgas a bajo coste.
Además, la iniciativa está impulsada por Aqualia junto con las autoridades municipales y autonómicas con el fin de promover a economía circular en esta depuradora de El Torno.
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