Materiales que pueden sustituir al silicio en placas solares


España es uno de los países europeos con más horas de Sol al día. En otras palabras, uno de los países europeos con más posibilidades para desarrollar la energía solar. una alternativa renovable y limpia de producir electricidad. Sin embargo, el crecimiento de las instalaciones solares fotovoltaicas está limitado por el precio del silicio, material indispensable para construir placas solares. Pero, ¿qué pasaría si se descubre un material que pueda sustituir al silicio y resulte más barato?

De hecho, con el objetivo de reducir costes de producción, las empresas fabricantes de paneles solares ya están utilizando otros materiales, mientras que diversas investigaciones tratan de comprobar su utilidad y su rendimiento. Es el caso de algunos científicos del Grupo de Investigación y Desarrollo de Energía solar de la Universidad de Jaén (UJA), que están trabajando en el desarrollo de fórmulas matemáticas para determinar el comportamiento de diferentes materiales que puedan sustituir al silicio.

Materiales como el teluro de cadmio o la combinación de cadmio, indio y selenio (que son denominados de película delgada) podrían servir para fabricar placas solares. Como referencia para comprobar sus propiedades se comparan con el comportamiento del silicio, el material que se utiliza y del que se sabe el rendimiento y producción de energía en diversas condiciones climatológicas.

Hay fórmulas matemáticas que calculan con mucha exactitud cómo se comporta el silicio con unas determinadas condiciones de temperatura, radiación solar, viento o humedad. El silicio es un material que se ha estudiado durante mucho tiempo. Sin embargo, no se sabe cuál es la respuesta de otros materiales a medio y largo plazo y para diversas condiciones meteorológicas.

El resultado de la investigación determinará el rendimiento global de un sistema fotovoltaico (de placas solares) para diferentes tecnologías. Así mismo, se conocerá la productividad generada por los diferentes materiales sometidos a las mismas condiciones meteorológicas y atmosféricas externas, como la temperatura ambiente o la velocidad del viento. De este modo, se conocerá la potencia máxima generada por cada tecnología bajo las condiciones de estudio. Un paso más hacia el abaratamiento y el aumento de la eficiencia de la energía solar.

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