Retos para el 2013: renovables, eficiencia y autoconsumo de balance neto


Ya sabemos que no podemos depender del petróleo para generar la mayor parte de la energía. Ya sabemos que el problema del cambio climático no admite más demora y que el único camino (aunque otros pueden complementarlo, como la captura y almacenamiento de carbono) es una apuesta definitiva por las energías renovables y la eficiencia energética, disminuyendo las emisiones de carbono.

Ya lo sabemos. Sólo queda que los responsables políticos y las grandes empresas se decidan a dirigir la economía hacia una sostenibilidad real. Para ello, deben sentir la presión de los ciudadanos, de la sociedad en su conjunto, que sepan que de verdad la gran mayoría quiere ese cambio. Lo necesitamos.

Este 2013 que comenzará en unas horas se enfrentará a los siguientes retos energéticos históricos:

Autoconsumo con balance neto

El objetivo es que el ciudadano obtenga su propia energía. Daría la posibilidad de llegar a una autosuficiencia energética, en primer lugar, en el ámbito particular, para viviendas y empresas, pero, también, en el largo plazo, a una autosuficiencia energética del país, lo que produciría un beneficio económico. Que cualquier ciudadano puede convertirse en «prosumidor», esto es, productor y consumidor eléctrico al mismo tiempo, es una forma de ayudar a la economía del país y al medio ambiente.

Más renovables

Se ha avanzado mucho en las últimas décadas. Pero no podemos dormirnos en los laureles. Aún se necesita un mayor porcentaje de renovables en el mix energético. La utopía es una generación 100% a partir de fuentes de energía renovables. Es importante incidir en la complementariedad de las energías disponibles. Por otra parte, la tecnología cada vez es más madura y da más posibilidades.

Movilidad eléctrica

El otro camino esencial para la mitigación del cambio climático es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que salen de los tubos de escape de los vehículos. Hay que apostar por los coches eléctricos, el tren y el metro. No sólo para luchar contra el calentamiento global, sino también por la salud de los ciudadanos.

Evitar el fracking y las nucleares

Son dos métodos de producción de energía que pueden poner en peligro la salud humana. ¿Para qué correr el riesgo? No podemos permitirnos otro Fukushima. El fracking o fractura hidráulica, al ser un método menos conocido, se expande peligrosamente. La técnica en sí misma es dañina para el medio ambiente y para la salud de los ciudadanos. Pero es que, además, se usa para extraer petróleo y gas, fuentes de energía contaminantes que deberíamos desterrar de una vez por todas. O dejar enterradas, valga el juego de palabras.

Eficiencia energética

Los expertos aseguran que la rehabilitación energética de las viviendas para aumentar su eficiencia energética y, por tanto, el ahorro energético, es la forma más rápida, sencilla y barata de disminuir las emisiones de carbono que provienen del consumo energético. La eficiencia energética, por tanto, debe ser una prioridad para 2013. Y no sólo en el sector de las viviendas. Por desgracia, en España, la política de las grandes empresas energéticas no va en esa dirección, sino en un aumento de la tarifa para el consumidor, que no puede aguantar tanta presión económica en un momento de una crisis que parece no acabar nunca. Por otra parte, un plan de eficiencia energética basado en la rehabilitación de edificios permitiría la creación de unos 1,7 millones de empleos hasta 2020. Una forma de ayudar a un sector especialmente castigado por la crisis: la construcción. Además, es una forma de luchar contra la pobreza energética, por la igualdad y por el desarrollo sostenible. No podemos permitir que en un país rico como España, muchos hogares no tengan acceso a electricidad. Sería volver hacia atrás en el tiempo, a épocas que queremos olvidar.

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