La India es un país que puede aprovechar la energía solar: recibe muchas horas de Sol al año en casi todo su territorio. Pero, para aprovechar adecuadamente este recurso natural y renovable hay que combinar el regalo de la naturaleza con una política adecuada para que el auge de la energía solar no se convierta en una burbuja económica que estalle tras unos años de bonanza. Dicho de otro modo, para hacer de las energías renovables un sector sostenible.
Hay que contar con que los paneles solares son cada vez más baratos, gracias, en parte, a los fabricantes chinos y, también, al aumento de la eficiencia gracias a las innovaciones tecnológicas. En este sentido, La India lleva a cabo una política energética que quizá debiera ser copiada por otros países.
De los 3.000 MW de plantas solares propuestas para ser construidas a partir de 2013, los contratos de 1.000 megavatios o algo menos puede ser objeto de licitación en una primera fase, ha señalado Tarun Kapoor, secretario adjunto del Ministerio de Energías Renovables.
El plan puede servir para atraer a empresas de servicios y fabricantes de energía solar y lograr la inversión necesaria para cumplir los objetivos. El objetivo de la India es ambicioso: 20.000 megavatios de energía solar para el año 2022. El año pasado se instalaron 1.040 megavatios.
Las subastas de la India tratan de evitar la espiral de subvenciones de energía renovable que han supuesto un problema para los Gobiernos europeos. Los desarrolladores de proyectos se adjudican la capacidad basada en el descuento a la que están dispuestos a vender energía. Según este sistema, el precio de la energía solar en India cayó un 38 % entre 2010 y 2011.
La India sufrió el mayor apagón mundial el mes pasado y depende del carbón para generar más de la mitad de la electricidad que se consume en el país. Es imprescindible para su futuro que desarrolle la solar y otras renovables de una forma ordenada y sostenible.