El plan energético más ecológico


La organización Ecologistas en Acción ha presentado su propuesta de generación eléctrica para 2020. En el hipotético plan, se plantea una reducción del 26% en el consumo eléctrico y del 45% en emisiones. Incluye el cierre de las centrales de carbón, fuel y nucleares para 2020. Se lograría que el 72% de la electricidad proviniera de fuentes renovables. Según la organización ecologista, es una propuesta técnicamente detallada o, en otras palabras, realista y necesaria. Algunos la tacharán de excesivamente optimista, pero otros pensarán que sólo se necesita voluntad política e implicación de toda la sociedad.

Lo que no se puede negar es el esfuerzo que ha realizado la organización Ecologistas en Acción para elaborar la propuesta: un año de intenso trabajo en el ámbito estatal, contando con la participación de expertos en varios los campos, no sólo en el energético.

Hay que resaltar en la propuesta la reducción del consumo de energía, tanto eléctrica (en un 26%) como primaria (42,2%) y final (34,5%), con respecto a 2009. Si se produjera esta reducción, las emisiones globales de dióxido de carbono disminuirían del 45% respecto a 1990, mientras que las que provienen del sector eléctrico lo harían en un 73% respecto a 2009.

Estas cifras muestran que, para reducir las emisiones hasta los límites aconsejados por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), será necesario un gran esfuerzo por parte de todos. De este modo, tal vez se lograría no sobrepasar los 1,5 ºC de aumento de temperatura que puede producir consecuencias catastróficas e irreversibles para el planeta. Además, demuestra que se puede vivir sin petróleo. Y, por último, muestra lo ridículas que resultan las propuestas gubernamentales respecto al tema.

El estudio tiene en cuenta, así mismo, las consecuencias de la instalación de tanta potencia renovable y el tendido eléctrico que sería necesario para ello. En todo caso, sería un mal menor y, a veces, con carácter transitorio, hasta llegar a una demanda 100% renovable.

Otra interesante propuesta que se desprende del estudio es el nuevo tendido eléctrico y sus impactos, así como la necesidad de una nueva regulación del sistema eléctrico, cuyas instalaciones deberían ser de titularidad pública con el objetivo de un mayor control social de este servicio básico.

Nunca se llegará a cumplir este plan. Pero la importancia que tiene este estudio radica en que demuestra que, si se quisiera, se podría hacer. O, dicho de otra forma, que si políticos y empresarios afirman que no se puede, estarán mintiendo.

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