El reto de la eficiencia y las renovables en los rascacielos


La apuesta por las renovables no basta. Especialmente en las ciudades. El uso de las energías limpias tiene que ir acompañado por la eficiencia energética. En las ciudades existe una dependencia insostenible de la energía. Una ciudad sostenible es una ciudad capaz de sobrevivir durante décadas funcionando, en la que tanto materiales o bienes, como la inmigración y la emigración son sostenibles. En modo de funcionamiento que no se interrumpe. Que, más aún, va mejorando con el tiempo.

Mira a un rascacielos e imagina la cantidad de energía que necesita sólo para funcionar. A eso súmale la energía que necesita la gente que trabaja o vive allí dentro. Los rascacielos y los grandes edificios en general nunca han sido sostenibles. Pero ya no podemos permitirnos ese lujo. Rani Virdee, directora de administración de The CarbonNeutral Company para la región del sudeste asiático, señala que si se quieren levantar megaciudades, como se está haciendo en esa zona del mundo, hay que conseguir que sean sostenibles, lo que representa un verdadero reto.

Singapur es una de estas ciudades. Afronta del desafío de reducir su impacto ecológico. En especial, en materia de eficiencia energética en edificios (en el uso, pero también en su construcción). Se trata de hacer más con menos. Se prueban nuevas ideas en algunas viviendas. Los edificios se orientan de cara al viento y alejados del sol, se busca la ventilación natural antes que el aire acondicionado y los techos tienen tejas para recoger el agua de la lluvia y proteger del sol. En estos tejados, además, se prueba el uso de plantas para aislar la casa frente al calor.

Este tipo de plantas puede reducir la temperatura ambiente hasta en 2º C. La superficie del propio techo se puede reducir, respecto a uno de hormigón, hasta en 15º C. Se puede decir, por tanto, que no sólo enfría la propia casa, sino todo el barrio.

Por otra parte, Singapur tiene un gran potencial para desarrollar la energía solar. A medio y largo plazo se podría producir el 30% de la energía necesaria a través de la solar. Los expertos señalan que no pueden alcanzar el 100% de la demanda porque no hay suficiente terreno para instalar placas y otras tecnologías. En muchas regiones, sin ayudas públicas, la energía fotovoltaíca es más cara que los combustibles fósiles.

En definitiva, no es realista imaginar una ciudad (al menos, una como Singapur) dependiendo únicamente de las energías renovables a corto plazo. Pero sí ir avanzando en el camino de cambiar a las renovables, poco a poco.

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