En Castilla y León, quien no contamina, paga


La organización Ecologistas en Acción ha destacado que las energías renovables en la comunidad autónoma de Castilla y León superan la producción que se logra con la térmica y la nuclear. Por tanto, insisten en que es necesario cerrar la central de Garoña, ya que la medida no tendría repercusión alguna en el abastecimiento eléctrico ni de dicha comunidad autónoma ni de España. En cambio, se evitarían los problemas de seguridad derivados, así como los residuos actuales y futuros.

Para Ecologistas en Acción, la defensa encendida de la continuidad de la central nuclear de Santa María de Garoña y los privilegios económicos y fiscales otorgados a las eléctricas para la quema de carbón en las grandes centrales térmicas de León y Palencia, a lo que hay que sumar la apuesta de la Junta de Castilla y León por las energías sucias, no tienen ninguna justificación ante los datos oficiales sobre producción de energía eléctrica en España durante 2011, publicados por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo y la Comisión Nacional de la Energía.

Durante el citado año, la producción eléctrica de origen renovable (hidráulica, eólica, solar y procedente de biomasa) fue, en Castilla y León, y por tercer año consecutivo, superior a la de las centrales termoeléctricas abastecidas por carbón o combustible nuclear. Y ello, a pesar del incremento de la quema de carbón debido a las subvenciones recibidas.

La energía hidroeléctrica quintuplicó en Castilla y León la generación eléctrica de la central nuclear de Garoña, que obtuvo un bajo rendimiento por las paradas no programadas, que, por otra parte, cuestionan su seguridad.

Sólo los parques eólicos produjeron más del doble de electricidad que Garoña y se acercaron a la generación de las cuatro grandes centrales de carbón de la región, cuya producción sólo se ha recuperado por las subvenciones recibidas tras el desplome de 2009 y 2010. ¿Por qué se ayuda al carbón y no a otras energías limpias?

Ecologistas en Acción recalca que la suma de las energías renovables de Castilla y León puede cubrir la totalidad del consumo eléctrico regional. Sin embargo, la Junta de Castilla y León apoya los intereses de las grandes empresas eléctricas, apuntalando centrales obsoletas y peligrosas como Garoña, Anllares, Compostilla, La Robla o Velilla, en lugar de apoyar las fuentes de energía que realmente inducen tecnología y empleo en la región, como son las renovables.

Las cinco centrales están exentas de pagar el nuevo impuesto sobre el impacto ambiental de la energía eléctrica de Castilla y León, que sí se aplica a las centrales hidroeléctricas y eólicas. En Castilla y León, quien no contamina, paga.

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