Entre hoy y mañana se celebra un Consejo Europeo muy importante para el futuro de nuestro planeta. Los países que forman parte de la Eurozona confeccionarán el mapa de ruta a seguir para alcanzar objetivos ambiciosos de cara a 2030. Un mapa compuesto por temas tan importantes como los gases de efecto invernadero, el cambio climático, el ahorro y la eficiencia energética o el impulso de las energías renovables.
España y la UE deben actuar
Varias organizaciones reclaman que el Gobierno de España se implique mucho más en estos campos. Es necesario dar un puñetazo sobre la mesa y despegarse de las compañías eléctricas de una vez por todas. Dominan el país a su antojo y chantajean a una serie de políticos que ya están acostumbrados a aceptar regalos y sobresueldos. Así es difícil que se produzca un cambio de rumbo, pero al menos se intentará durante estos dos días en Bruselas.
Un cambio necesario
La política de clima y energía debe ser más atrevida. Los beneficios sociales y medioambientales están en juego, e incluso los económicos, que son los que al final, por desgracia, llevan a tomar decisiones. Combatir el cambio climático es posible mezclando otros elementos que son igual de interesantes o más para los Gobiernos de los Estados Miembros de la Unión Europea. Me refiero a la creación de empleo, la reducción de la contaminación atmosférica y sus costes asociados, la reducción de los gases de efecto invernadero o una mayor seguridad energética.
Hay que ponerse las pilas, y por eso la Unión Europea solicita que al menos el 27% de la energía empleada sea renovable, que se alcance un 30% de eficiencia y que la reducción de gases de efecto invernadero sea de un 40%. ¿Es posible lograrlo? Desde luego que sí, pero todo el mundo debe arrimar el hombro y remar hacia la misma dirección.