Inventan ladrillos de papel reciclado


Mezclar celulosa con arcilla ha sido una idea de lo más constructiva, tanto desde el punto de vista arquitectónico como ecológico, que han tenido unos investigadores españoles.

Emplear residuos de la industria papelera para la fabricación de material de construcción ha dado como resultado unos ladrillos de baja conductividad térmica, es decir, con buenas propiedades aislantes, similares a las logradas en la original construcción de una oficina con pilas de papeles comprimidos.

En concreto, han sido investigadores de la Universidad de Jaén los que han hallado este nuevo filón para la sostenibilidad de los edificios, así como para su uso en la construcción, si bien reconocen que todavía hay que mejorar algunos aspectos.

Ladrillos fuertes y aislantes

El doble beneficio económico y ambiental perseguido con estos innovadores ladrillos se lograría si se extendiera su uso, es decir, si se comercializara. Actualmente, se encuentran en fase de prototipo y han de reforzar su resistencia mecánica, inferior a la de los ladrillos convencionales, si bien cumple la normativa. También ha de mejorarse en adherencia y forma de las piezas con más porcentaje de celulosa para llegar a un punto de equilibrio entre sostenibilidad y resistencia.

Pero no sólo el papel procede de los desechos de una papelera, pues también se han extraído los lodos de la depuración de las aguas residuales de esta misma fábrica para luego unir estos materiales a la arcilla. Darle forma mediante presión y extrusión ha sido la última fase para la obtención de ladrillos en tiras, que hay que cortar de forma individual.

Otra de las ventajas de añadir residuos es que les aportan materia orgánica, y ello deriva en una mayor energía que contrarresta o reduce el consumo de combustible, así como el tiempo de cocción necesario.

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