Las inversiones españolas en renovables huyen al exterior


Se está perdiendo una gran oportunidad para desarrollar energías limpias y renovables en España. Se está perdiendo una oportunidad para crear empleo y avanzar en el autoabastecimiento energético. Así lo ha señalado el presidente de APECYL (Asociación de Promotores de Energía Eólica de Castilla y León), Javier Gracia Bernal, en un debate celebrado junto con otros agentes implicados en el sector, representando a seis compañías que operan en dicha comunidad autónoma. Analizaron el sector de las renovables, sus pretensiones, su deriva actual y un futuro cada vez más incierto de una actividad que podría ser capaz de generar más de cinco mil empleos en las provincias de Castilla y León.

En la reunión se señaló que, de no haberse producido el reciente parón en la puesta en marcha de instalaciones a causa de los cambios normativos, podrían haberse sumado otros dos mil empleos al sector.

Al debate acudió un representante de Onyx Solar, empresa que propone la sustitución de materiales convencionales en la construcción por otros que logran ahorro energético en los edificios y, al mismo tiempo, son capaces de generar energía eléctrica fotovoltaica apta para el autoconsumo. También, desde el campo de la energía solar térmica, participó Enerpal, una de las más veteranas del sector y con experiencia en el desarrollo de parques fotovoltaicos y eólicos. Por fin, el presidente de Inmeva, un grupo empresarial que aglutina a una docena de empresas que se ha diversificado desde la instalación hasta la generación de energía fotovoltaica. En fin, una serie de personas que sabían de lo que hablaban.

Y su mayor preocupación son los numerosos y sucesivos cambios normativos que han afectado al sector, que pone en peligro planes de futuro y espanta a los posibles inversores. La realidad es que las energías renovables no son un motor de cambio de la economía de Castilla y León (ni de España, en general). Uno de los mayores problemas, el tiempo que se requiere para tramitar un parque de instalaciones fotovoltaicas. Puede ser de hasta cinco años. La iniciativa privada en este modelo es, lógicamente, difícil.

Con todo, los profesionales del sector invitan a la inversión, si no en tan buenas condiciones como hace cuatro o cinco años, aún se puede considerar un buen producto de futuro. Europa ha impuesto unos objetivos de energía renovable, así que habrá que instalar otros quince mil megavatios de eólica que se sumen a los 35.000 actuales.

En España, existe la tecnología y empresas competentes, sólo falta una regulación apropiada. Si no, los fabricantes de los componentes sacarán sus máquinas al exterior, hacia otros mercados, como ya está empezando a ocurrir.

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