Lo que cuesta usar carbón


El carbón, desde un punto de vista superficial, es una energía barata comparada con algunas renovables. Entre otras razones, porque muchas plantas y aparatos están hechas para recibir carbón y no es necesario invertir más dinero. Pero el verdadero coste del carbón va mucho más allá.

Un estudio titulado «Análisis del coste total del ciclo de vida del carbón» ha analizado este asunto. Según este estudio, en Estados Unidos, el ciclo de vida del carbón genera desechos que representan múltiples peligros para la salud y el medio ambiente que están costando anualmente a la sociedad estadounidense un promedio de mil millones de dólares.

El estudio ha sido elaborado por Paul Epstein, director del Centro para la Salud y el Medio Ambiente Global de la escuela de medicina de la Universidad de Harvard y un equipo de once colaboradores que han examinado los múltiples impactos ambientales y sanitarios del carbón durante todo su ciclo de vida: desde su extracción, transporte y combustión dentro de centrales térmicas hasta las emisiones contaminantes que desprende.

Los impactos económicos que se pueden evaluar son daños atribuidos a cambio climático, daños a la salud pública por óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2) y partículas menores a 2,5 micrómetros de tamaño (PM2.5), así como emisiones de mercurio, accidentes en vías de tren durante el transporte de carbón, problemas de salud pública por la extracción de carbón, los subsidios que otorga el gobierno y el valor perdido en terrenos mineros abandonados. Algunos de estos factores no son fácilmente medibles. Por ejemplo, el tiempo laboral perdido por una madre que tenga que llevar a su hijo al médico por ataques de asma. Todos estos costes no son imputables a la industria del carbón. En cambio, los paga la sociedad y el medio ambiente.

Si se contabilizan estos daños, el coste medio de electricidad por kilo watt hora (kWh) generado usando carbón se triplica. Es decir, que el coste de la energía eléctrica en los recibos de luz se multiplicaría por cuatro, elevando la tarifa por kilovatio de 9 a 27 centavos de dólar. Por tanto, cualquier otra forma de producción energética limpia y renovable, como las energías eólica o solar, son competitivas económicamente.

La investigación será presentada próximamente en la publicación anual de la Academia de Ciencias de Nueva York y quiere ofrecer un nuevo punto de partida para la discusión sobre nuevas opciones energéticas en Estados Unidos.

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