Se han inaugurado las nuevas instalaciones de Transformación de Rechazo en Combustible Derivado de Residuos (CDR) en la Planta de Tratamiento y Vertedero de Residuos Urbanos de Reciplasa. Dicha planta ha contado con una inversión de más de 9 millones de euros y constituye un proyecto pionero en España: la primera planta de combustible derivado de residuos del país.
Las instalaciones tendrán una capacidad de 100.000 toneladas anuales, con una producción de salida de, aproximadamente, 70.000 toneladas. El combustible derivado de residuos es un combustible alternativo permitirá reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera y se ahorrará en combustibles fósiles.
Por una parte, se recogen residuos. Por otra, se consigue una mayor eficiencia, ya que el 90 % de los residuos que el ciudadano arroja al contenedor será reutilizado o reciclado.
El proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de la Universidad Jaume I. Reciplasa, por su parte, gestiona anualmente unas 170.000 toneladas de residuos urbanos de diferentes municipios, lo que la convierte en una referencia en cuanto a la gestión de residuos y una de las primeras plantas de reciclaje de la Comunitat de Valencia. Ahora, vuelve a encabezar un proyecto pionero.
La empresa ha ido transformándose y evolucionado a lo largo de los años, siempre en busca de mejoras en el proceso y en las condiciones de vida de los ciudadanos. Hasta ahora, Reciplasa se encargaba de reciclar las basuras de 36 municipios del área metropolitana de Castellón, lo que supone que presta servicio a 365.000 habitantes. A partir de ahora, un importante volumen de los residuos serán revalorizados y convertidos en combustible. La nueva planta permitirá, además, rebajar las tasas de rechazo, es decir, los residuos que no pueden ser reciclados. Las normativas europeas estipulan que el límite debe estar en un 44 %. Con la conversión de estas basuras en combustible, la cifra de rechazo se situará en un 11 %.