Por qué convertir granjas eólicas en motor de la economía local

Eolico Oxaca
Salvo para enfoques que apuestan por una economía global, la importancia de fomentar la economía local está fuera de toda duda. En especial, así es dentro de una visión sostenible, y con mayor motivo cuando se trata de proyectos orientados a fomentar la energía verde.

No siempre ocurre, es algo evidente, pero denunciarlo es importante. Entre otras razones, porque de otro modo las cosas nunca mejorarán ni mucho menos tendremos políticas que regulen estas cuestiones en función de lo que sea más conveniente para los lugares donde se ubican las granjas de turbinas eólicas.

Una sociedad más desigual

El problema se presenta de forma especialmente cruda en los lugares pobres donde la instalación de un parque eólico trae diferencias sociales entre sus habitantes. Básicamente, solo los dueños de las tierras salen beneficiados, creándose una situación de injusticia social imposible de superar en esas poblaciones.

Salvo al principio, cuando se están construyendo, las poblaciones no salen beneficiadas. Muy al contrario, ven su paisaje invadido por una gigantescas turbinas que resultan molestas a la vista y al oído, pues no cesan de rugir.

En Oxaca, México, una de las regiones más pobres del país, solo unos pocos salen beneficiados. El pueblo, en su conjunto, sigue siendo pobre. Es más, surgen problemas nuevos, como problemas respiratorios y comportamientos anómalos del ganado, así como un aumento del precio de productos básicos.

La solución, según los expertos, no es otra que invertir en proyectos sociales para que la economía local en su conjunto salga favorecida. Solo si la población en general mejora de forma sostenible se puede considerar que un proyecto que busca generar energía verde y combatir el cambio climático también logra una mayor equidad social. Es lo suyo, y no hacerlo es sobre todo una auténtica pena.

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