Las energías renovables cada vez se están aplicando más en las empresas y en determinadas industrias y procesos, incluso, en aquellos que están relacionados con los combustibles fósiles. Un claro ejemplo de estas mayores aplicaciones es el caso de las empresas Exxon y Shell, que han apostado por recurrir a la energía solar para la extracción de petróleo. De esta manera, las dos compañías facilitarán que las petroleras dejen de utilizar gas en este proceso, sustituyéndolo por energía procedente del sol.
El proyecto
Estados Unidos ha sido el país elegido para poner en marcha esta iniciativa, que se localizará en el Valle de San Joaquín. En este emplazamiento es donde se están llevando a cabo las operaciones de perforación petrolera por parte de la compañía Berry Petroleum.
El objetivo para que se puedan realizar estas operaciones de perforación es construir una planta termosolar de 866 MW, capacidad que será más que suficiente para disponer de energía para esta operativa. De hecho, será la planta de energía termosolar más grande de toda California.
La ubicación, en concreto, de esta planta termosolar será en el campo petrolero de Belridge. Su desarrollo y puesta en marcha será realizada por las compañías Exxon y Shell a través de GlassPoint Solar, que también está integrada por Aera Energy.
Esta planta permitirá crear vapor que Aera Energy empleará en los pozos para que el crudo pesado se pueda extraer a través del proceso denominado de recuperación mejorada de petróleo. El proyecto se complementa con una planta solar fotovoltaica de 26,5 MW con la que se dispondrá del 3% de la energía que se precisa en esa operativa.
Beneficios
Con el uso de energías renovables, se prevé reducir el consumo de gas natural. Las primeras estimaciones apuntan a que se evitará el uso de alrededor de 5.000 metros cuadrados de gas natural al año.
Aparte, no se emitirán alrededor de 376.000 toneladas de CO2 por el uso de energía solar para la producción del vapor que se empleará en la extracción del crudo. Una cifra importante, ya que equivaldría a las emisiones de 80.000 coches en Estados Unidos.
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