La próxima conferencia sobre el cambio climático (COP18), cuya sede será la ciudad de Doha, capital de Qatar, tendrá un atractivo especial gracias al acto paralelo que celebrará coincidiendo con la cumbre, del 26 de noviembre al 7 de diciembre de 2012. Hablamos del Proyecto Bosque del Sahara, que permite cultivar vegetales en el desierto mientras produce agua potable y electricidad verde.
Una exposición sobre el proyecto se abrirá entonces al público y, en realidad, será un escaparate al mundo entero, pues la cita climática despierta un gran interés mediático que difundirá las bondades de este innovador proyecto.
Yendo a lo práctico, el Proyecto Bosque del Sahara significa algo así como conseguir que los pepinos crezcan mientras se logra la producción de otros recursos útiles mediante una interesante sinergia de tecnologías verdes.
La planta tendrá tres componentes básicos que se integran y se alimentan entre sí para crear un complejo verdaderamente sostenible y, algo muy importante también, económicamente accesible y, por lo tanto, rentable.
Por un lado, cuenta con un invernadero de agua salada, una planta que genera energía solar y una tercera parte en la que se encuentran los cultivos, que resultan viables dentro de un clima desértico.
El complejo produce, finalmente, una serie de productos comercializables, como la sal y la electricidad. Según sus creadores, su mérito está en lo que puede conseguir, pero también en su capacidad para inspirar proyectos similares.
«Este proyecto piloto podría demostrar cómo podemos cultivar vegetales con menos agua o agua salobre. Creo que esto será importante no sólo en Qatar, sino a toda la región y en otros lugares donde tienen el mismo clima árido. Por lo tanto, tengo mucha esperanza«, dijo el Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores del país anfitrión, el jeque Hamad bin Jassim bin Jabor Al-Thani.