Hay que decirlo claramente. Para que un coche eléctrico sea totalmente ecológico, la energía para su recarga debe provenir de fuentes renovables y limpias, como la solar o la eólica. No es fácil, pero es posible en algunos lugares en los que se han instalado placas solares para generar la energía que luego se transferirá al vehículo.
Aunque no tan numerosos, también hay puntos de recarga eólicos. En ambos casos, son cargadores de electricidad con una emisión de carbono nula y, por tanto, respetuosos con el medio ambiente. El primero de estos puntos de recarga eólicos de Europa se ha instalado en Barcelona.
El proyecto ha corrido a cargo de Cespa, una filial de la empresa Ferrovial. El nuevo y flamante punto de recarga eólico es una instalación con una potencia de 4 kW. Se ha desarrollado en colaboración con las empresas General Electric y Urban Green Energy. Permitirá la recarga tanto de coches como de motos eléctricas de una forma totalmente sostenible.
La estación de recarga de vehículos forma parte de un ambicioso proyecto de la empresa Cespa que contempla otras medidas a favor del medio ambiente, como la instalación de un túnel de lavado de alta presión con sistema de recuperación de agua, placas fotovoltaicas y una estación de gas natural comprimido para abastecer a la flota de vehículos.
Barcelona se convierte así en la ciudad más adelantada en algunas tecnologías relacionadas con la movilidad eléctrica y la energías limpias para el transporte. Dentro del escaso éxito de ventas de eléctricos en España, Barcelona va un paso por delante respecto a la media nacional.
Por otra parte, en los alrededores de Baracelona se impulsa el desarrollo de una industria del sector, como el renacimiento de Alfer, que fabrica motos eléctricas, que intenta ocupar el espacio de grandes fabricantes de coches convencionales que han cerrado en las últimas décadas.