TEPCO creía que nunca ocurriría un tsunami de tal magnitud


El informe preliminar de la comisión de investigación creada por el Gobierno japonés para investigar qué ocurrió con la central nuclear de Fukushima concluye que hubo fallos de mantenimiento y preparación pero también de comunicación tras el incidente. El texto señala que la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO), responsable de la central, dejó que las instalaciones se deterioraran. Pero también acusa el Gobierno de algunos fallos.

El organismo responsable de la energía nuclear del Gobierno no exigió a TEPCO que adoptara medidas concretas, tales como el levantamiento de nuevas construcciones, tras recibir los resultados de los informes de simulacro de tsunami realizados por TEPCO en 2008 y principios de 2011. Es decir, que el Gobierno tenía que haber obligado a TEPCO a mejorar las instalaciones.

El informe ha sido elaborado durante seis meses de trabajo por un equipo de doce expertos, la mayoría destacados académicos. La dirección ha corrido a cargo del profesor de Ingeniería de la Universidad de Tokio, Yotaro Hatamura, especializado en la detección de errores.

La clave de lo ocurrido y de la negligencia del Gobierno japonés ocurrió en 2008. Ese año, TEPCO simuló los efectos de un tsunami con olas de más de quince metros, como si de una siniestra premonición se tratara. Sin embargo, tras las simulaciones, no adoptó ninguna medida preventiva, ya que consideró que era imposible que se produjera algo así.

El informe también acusa a la empresa de no poseer los conocimientos suficientes del sistema de generación de electricidad de origen nuclear, lo que provocó errores en la interpretación del funcionamiento del sistema de refrigeración del reactor 1 y una mala gestión del sistema de refrigeración del reactor 3 de la central.

Pero el Gobierno de Japón y, en concreto, el gabinete de gestión de la crisis, también son muy criticados por el informe, que afirma que existieron fallos en la gestión, lo que provocó retrasos en la activación del sistema de predicción de propagación de la radiactividad. Esto supuso que una deficiente e imprecisa gestión de las evacuaciones de la población.

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