Tipos de turbinas eólicas


Las turbinas eólicas o de viento son maquinas de motor que aprovechan la energía eólica gracias al movimiento del viento, que permite hacer girar un rotor. La energía mecánica del eje del rotor permite obtener energía limpia que puede servir para diversas aplicaciones como moler, bombear agua o generar energía eléctrica con unos aerogeneradores. Las turbinas eólicas se clasifican en verticales y horizontales, lo cual dependerá de la orientación del eje del rotor.

Turbinas de eje vertical

Las de eje vertical se conocen como turbinas Savonius, usadas para convertir la fuerza del viento en torsión sobre un eje rotatorio. Aunque la capacidad de giro es muy escasa (son menos eficientes que las turbinas verticales), necesitan una menor velocidad del viento para empezar a girar. Lo bueno es que no necesitan una torre de estructura muy grande. Como las palas son verticales no se necesita orientación al viento, y funcionan igualmente cuando la dirección del viento cambia repentinamente. Pueden ser instaladas cerca del suelo, haciendo sencillo su mantenimiento.

Turbinas de eje horizontal

Los más conocidos son los típicos molinos de viento, normalmente de cuatro aspas. Dispone de una multipala que se utiliza para bombear agua y fue de enorme utilidad en el siglo XIX. En Estados Unidos, el desarrollo de este tipo de molinos permitió el desarrollo de la agricultura y la ganadería en grandes áreas del país, especialmente por facilitar el abastecimiento de agua.

Las turbinas eólicas modernas ya se conocen como aerogeneradores, los cuales montan rotores de hasta 126 metros de diámetro fabricados con alta tecnología. Estas turbinas son instaladas en parques eólicos para la producción comercial de electricidad. La gran mayoría tiene tres palas pintadas de un color claro, están controladas remotamente por ordenador, lo cual permite optimizar su eficiencia, que en muchos casos dependerá de la intensidad del viento.

Las turbinas de eje horizontal cuentan con la ventaja de que los extremos de la pala son variables, lo que da a las hojas el ángulo ideal para recoger la máxima cantidad de energía eólica. Por otro lado, las torres altas pueden llegar a medir hasta diez metros de altura, donde la velocidad del viento se incrementa un 20%. Las únicas desventajas destacables son los costes de instalación y montaje, el impacto visual en el entorno, y que tienen que orientarse constantemente hacia las dirección del viento.

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