La importancia de los Biocombustibles


El uso de los biocombustibles implica polémica. Algunas voces opinan que los cultivos se encarecen, que es más importante alimentar a la gente que generar energía. Pero los biocombustibles también pueden abaratar el precio de la energía en todo el mundo, eliminar la dependencia energética de los países pobres, al tiempo que, bien gestionado, es un combustible inagotable.

La agricultura industrial, de hecho, produce gases de efecto invernadero. Por otra parte, el objetivo es que la producción de biocombustibles sea sostenible, algo que, de momento, no se está consiguiendo. Es importante que no se produzcan en suelos o plantaciones aisladas.

Por tanto, es esencial que el desarrollo de los biocombustibles esté relacionado con la propia mejora del sector agrícola, tanto en términos medioambientales como en términos socioeconómicos. El error es separar ambos sectores. No es beneficioso para el medio ambiente (ni para la economía del sector agrario) cultivar un producto que será usado como biocombustible en plantas ubicadas a miles de kilómetros. Hay que tener una perspectiva global del asunto.

Otro punto polémico es la posible subida del precio de los productos agrícolas. Pero, de nuevo, que pueda suponer un problema dependerá de cómo se gestiona todo el sistema. Que paguen más dinero a un agricultor que está viviendo al límite de la pobreza no parece una mala idea. Es importante decidir sobre quién va a repercutir ese más que probable incremento de precios.

Pero la subida de precios también puede tener consecuencias muy dañinas para el medio ambiente y para los más pobres. Podría llevar, por ejemplo, a deforestar parte de la selva para convertirla en tierras de cultivo, con la pérdida de masa forestal que eso supondría. También sería peligroso que se apostara por la agricultura extensiva en vez de por la agricultura a pequeña escala o que se apropiaran de los pequeños terrenos de agricultores de forma ilegal (o, incluso, legal).

En definitiva, la conveniencia, tanto medioambiental como económicamente, del uso de los biocombustibles va a depender de los mecanismos que lleven asociados y que aún no están del todo regulados, de que las grandes corporaciones no se hagan con el poder para gestionar la materia prima a su antojo y fijen los precios (como han hecho con el petróleo, el carbón y el gas) y, sobre todo, es indispensable que el agricultor y la región donde se produzca el biocombustible reciba beneficios, no sólo económicos, sino también de avance tecnológico y medioambiental.

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