A este paso, en algunas regiones, va a haber más cargadores que vehículos eléctricos. Si uno de los problemas con los que tiene que lidiar la implantación del coche eléctrico es la falta de infraestructuras, en algunos lugares, los potenciales conductores no pueden poner esa excusa para rechazar la compra de coches que no contaminan. Lo que está bien. ¿No? A no ser que las electrolineras se llenen de telarañas porque no se usan.
El caso es que la Comunidad Autónoma de Castilla y León va a llevar a cabo un proyecto, que cuenta con un presupuesto de 276.000 euros, que tiene como objetivo superar las 250 conexiones de cargadores de vehículos eléctricos. El proyecto se lleva a cabo gracias al impulso, a finales de 2010, de la Consejería de Economía y Empleo del Gobierno regional.
Las ciudades de Valladolid y Palencia, a través del Proyecto Piloto de implantación de puntos de recarga de vehículos eléctricos, han superado las 250 conexiones en 44 estaciones de recarga, distribuidas en diferentes lugares estratégicos de ambas capitales.
El proyecto cuenta con un presupuesto de 276.000 euros y se puso en marcha gracias al acuerdo suscrito a finales de 2010 entre la Consejería de Economía y Empleo del Gobierno regional, ambos consistorios castellanoleoneses y la empresa Iberdrola. Es una apuesta pública por la tecnología como una necesidad para que los ciudadanos cuiden el medio ambiente a la hora de moverse en coche. Pero no servirá de nada si no se ayuda (o convence) a esos ciudadanos para que adquieran un vehículo no contaminante.
La Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética en España E4+ del Gobierno de España y la Estrategia Regional del Vehículo Eléctrico en Castilla y León también colaboran en el proyecto.
El objetivo final es detectar los hábitos de los futuros consumidores e impulsar la introducción de la movilidad eléctrica, fomentando, además, el impulso de la industria del automóvil, que puede llevar a un crecimiento empresarial y al aumento del empleo en la comunidad autónoma de Castilla y León.