El autoconsumo puede estimular las renovables en España


El Instituto Tecnológico de la Energía demanda un esfuerzo regulatorio y una rápida legislación del autoconsumo para dinamizar el sector energético español. Según datos de la Unión Española Fotovoltaica, un modelo basado en la pequeña producción generaría, en el ámbito nacional, 21.250 puestos de trabajo directos, 1.217 millones de euros de valor para el Estado hasta 2021 y un aumento de la eficiencia energética. El autoconsumo a pequeña escala es indispensable para el futuro económico y ambiental del país.

El autoconsumo es un proceso que se permite que los consumidores generen parte de la energía que necesitan y, de este modo, podrían ahorrar en la factura eléctrica. El método se conoce como proceso de balance neto.

En líneas generales, los sistemas que se emplearían como fuente de energía distribuida y autoconsumo son plantas de generación a pequeña escala de hasta 100 kW conectadas a los cables de baja tensión. Además, no se podrá instalar más potencia fotovoltaica que la que ya se tiene contratada con la compañía distribuidora. Los sistemas más comunes son la microgeneración, la cogeneración, las pilas combustibles y la solar fotovoltaica.

Un foro organizado por el Instituto Tecnológico de la Energía ha reunido a expertos en el sector para analizar la situación actual y las posibilidades futuras.

Una primera ventaja de la regulación del autoconsumo es que favorece la creación de empleo y la reactivación del sector, de las energías renovables, en general, y, en particular, de la fotovoltaica.

Además, una legislación adecuada permitiría controlar las instalaciones propias y registrar, tanto el tipo de energía que se genera, como la cantidad. De este modo, se podría saber el porcentaje de energía eléctrica de la red que no se consume gracias a las energías renovables.

Pero para que todo esto se convierta en una realidad, es necesario incentivar el desarrollo del nuevo modelo y contribuir al futuro del sector y a la eficiencia energética. La industria fotovoltaica está realizando un gran esfuerzo para reducir los costes de las instalaciones y conseguir ser más competitivos. Pero reclaman un cambio en la regulación que defienda nuevos modelos energéticos más justos y universales.

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