El potencial de la energía geotérmica


La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha publicado un informe en el que se señala que existe la posibilidad de lograr al menos un aumento de diez veces en la producción global de electricidad y calor a partir de la energía geotérmica, que no es otra cosa que la obtención de calor procedente del interior de la tierra. El estudio se refiere a un desarrollo de este tipo de fuente de energía hasta el año 2050.

Los expertos en cambio climático aconsejan que la cantidad de dióxido de carbono que hay en la atmósfera debe mantenerse por debajo de las 450 partes por millón, que es el límite para limitar el aumento de la temperatura mundial a 2º C, que también supone el acuerdo al que llegaron los líderes mundiales en la Cumbre de Cancún en 2010. Para conseguirlo, además del desarrollo que ya se está llevando a cabo de las energías eólica y solar, se debe sumar la geotérmica.

El informe de la AIE aconseja combinar acciones que fomenten el desarrollo de la explotación de los recursos geotérmicos y las nuevas tecnologías. Según el estudio, la energía geotérmica puede producir alrededor del 3,5% de la producción anual mundial de electricidad, así como el 3,9% de la energía de calor (excluyendo bombas de calor de tierra, que el informe no tuvo en cuenta) para el año 2050. Actualmente, los porcentajes de dicha producción de energía son de 0,3 y de 0,2%, respectivamente.

Si la energía geotérmica alcanza esos porcentajes de producción, supondría una notable contribución a los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono, ya que es una fuente renovable, segura y limpia de energía, disponible en todo el mundo y todos los días del año. Es, pues, una fuente totalmente universal y de producción continua, algo que resulta una ventaja frente a la eólica y a la solar.

La AIE trata de diseñar mapas tecnológicos de energía para orientar a gobiernos e industria para que desarrollen nuevas formas de energía limpia. Milou Beerepoot, autor del informe y analista de la AIE, señaló que una gran parte de esa energía sigue debajo de nosotros, sin ser explotada por los países en desarrollo ni por las economías emergentes.

Hay por todo el mundo sistemas de acuíferos profundos que, a una profundidad de tres kilómetros, producen temperaturas de más de 60º C. De estos acuíferos se puede sacar energía tanto para generar calor como electricidad.

El informe de la AIE indica que los gobiernos deben proporcionar recursos para la investigación y el desarrollo de plantas piloto para la próxima década. Es una energía que aún no se ha desarrollado. ¿A qué esperamos?

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