En España se gasta más por el standby que por refrigeración


El Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía de España (IDAE) ha presentado un estudio elaborado para conocer y analizar el consumo de energía de los más de 17 millones de hogares del país, por usos y fuentes energéticas, así como las características de su equipamiento, tanto globalmente, como en las tres zonas climáticas que se ha dividido el país (no se usa del mismo modo la calefacción o el aire acondicionado en un pueblo del Pirineo aragonés que en el desierto del Cabo de Gata, por poner ejemplos extremos).

Si hay algo que sorprende de este estudio es lo que consumen en estado de reposo los dispositivos electrónicos que se encuentran en cualquier hogar español. Así, el consumo en lo que se conoce como «standby» (cuando se apaga la televisión con el mando en vez de con el botón principal, por ejemplo) es muy superior al consumo por refrigeración.

Hay otro aspectos que se deben señalar, como que una vivienda aislada duplica el consumo energético de un piso tradicional, que la televisión es el segundo electrodoméstico de mayor consumo eléctrico, sólo después del frigorífico (y éste está encendido las 24 horas), que los servicios centralizados de calefacción y agua caliente sanitaria consumen un 22% menos que los individuales; que las bombillas de bajo consumo están ya presentes en el 86% de los hogares; y que las energías renovables se encuentran en el 11% de los hogares.

El trabajo se ha elaborado durante 18 meses y ha sido, según sus responsables, el más ambicioso de todos los realizados en España sobre el asunto. Se ha llegado a medir consumos eléctricos en tiempo real, incluidos los de standby, una innovación en este tipo de estudios.

Los hogares españoles consumen el 17% de toda la energía final y el 25% de la electricidad. Esta última fuente es la más utilizada (35%), seguida por el gas natural (25%). La calefacción es el servicio de mayor consumo y los electrodomésticos son el servicio que más electricidad demanda.

Ahora es necesario, una vez conocidos y analizados los datos del estudio, que todos, ciudadanos y empresas, traten de reducir este consumo. Empezando por apagar la televisión desde el propio aparato en vez de usar el mando.

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